La película Tolkien muestra amor casto y firme, amistad auténtica y fraterna, deseo de servir
Tolkien, la película del director finlandés Dome Karukoski sobre la infancia y juventud del escritor J.R.R.Tolkien, y su experiencia en la Primera Guerra Mundial, se…
Se trata de una historia hermosa, luminosa y edificante sobre amistades sinceras y firmes, una historia de amor romántico limpio y casto, una historia de jóvenes que buscan servir al mundo con sus talentos, que estudian, que se esfuerzan, que se apoyan.
Es una película que pueden poner en clase los profesores de inglés y los de literatura a partir de los 14 o 15 años. Para los adolescentes y jóvenes puede ser educativo e inspirador y para los adultos, oxigenante.
Es una película que gustará a todos los que disfrutan con Jane Austen, con las historias de amor respetuoso en entornos elegantes. También gustará a los amigos de los "colleges" ingleses y los fans de Torres de Malory. Nada de escenas de sexo, nada de groserías: bastante hacen aquí los enamorados escapándose a la ópera a escondidas. La naturaleza y el arte son los espacios donde se conocen.
Amor casto
Todo eso es asombroso y de agradecer y de un gran valor en esta era nuestra de "Juego de Tronos", "Sex Education", "Élite" y "After" (para quien no lo sepa, como 50 Sombras de Grey, pero para adolescentes). Mientras multitudes de adolescentes ven realities comoExponiendo infieles y se creen que el amor fiel es imposible, aquí nos cuentan la firmeza con la que Tolkien esperó a cumplir sus 21 años para volver a retomar su relación con Edith, el amor de su vida.
Cuando Edith toca suavemente la mano de Tolkien, se agitan mil veces más sentimientos que en la gimnástica cansada de "Sex Education".
Derek Jacobi (quien fuera "Yo, Claudio") es el profesor Wright, el profesor de lenguas germánicas que ayuda a Tolkien a encarar su futuro
Y si a los curas en las películas y teleseries actuales nos los muestran casi siempre como pervertidos, violentos o cínicos, aquí vemos al padre Francis Morgan cuidando como un tutor solícito de J.R.R.Tolkien y su hermano, huérfanos desde niños.
Aunque en la película se ven horrores de la Guerra Mundial en las trincheras (cráteres encharcados de color rojo sangre, cuerpos uniformados mezclados con el barro), también esto se muestra sin enseñar tripas ni mutilaciones. El gas, los cañonazos que aturden, la fiebre de las trincheras que sufre Tolkien, se suman para hacerle ver figuras oscuras que poblarán después su obra.
Alguien dijo que "los estudios de cine ya no hacen películas así". ¿La historia de un joven estudiante, su novia, sus amigos, su intento de ser dignos? Es verdad, son muy infrecuentes. Es probable que pasen muchos años antes de que nuestros adolescentes y jóvenes, o nosotros, adultos, podamos ir a ver una bonita historia de amor y crecimiento en estas circunstancias.
Una era caballerosa, un ideal de hermandad y compañerismo
La película nos transporta a la Inglaterra anterior a la Primera Guerra Mundial, los últimos años de la mentalidad caballerosa y tradicional. Los jóvenes aman los libros, recitan poesía en varios idiomas, se apasionan leyéndose textos entre amigos. Tolkien y sus amigos fundan en su colegio de élite la TCBS, su "club" especial. La película y el director insistirán en que esta es una de las claves: "comunidad, fraternidad", "fellowship". Esta amistad supera las barreras entre clases: Tolkien, huérfano y pobre, dependía de las becas y la generosidad del padre Morgan. El director Dome Karukoski ha explicado en entrevistas que él también perdió a su padre siendo niño y vivió una infancia de penurias económicas.
Nuestra época de falsas amistades por internet, "likes" vacíos, relaciones vaporosas y amigos que son incapaces de quedar y hablar necesita ver que sí existe esa fraternidad y amistad intensa.
Nicholas Hoult y Lily Collins están realmente bien en los papeles protagonistas, y también el resto del reparto hace un buen trabajo.
La fotografía es excelente, hermosísima y evocativa. Pero rinde un tributo excesivo a fotogramas concretos de las películas de Peter Jackson de El Señor de los Anillos: la campiña inglesa es La Comarca, la industrial Birmingham parecen las fraguas de Isengard, los cráteres de la guerra son Mordor, Tolkien enfermo con una manta en el barro está captado con la misma imagen que captaba a Elijah Wood (Frodo) preso de Ella Laraña o el desgaste del Anillo.
Una magia especial
Más hermoso es el filme cuando recrea escenas que el Tolkien real ha explicado en sus cartas, como la de su amada Edith bailando entre los árboles, fuente de inspiración de sus poemas y cuentos iniciales.
Y hay escenas con una magia especial, como el momento (inventado por el guión) en que juegan con disfraces de ópera wagneriana al son de El oro del Rin, y se besan, y la cámara se aleja por un pasillo de trastos viejos, igual que nuestra juventud quedará algún día atrás, hermosa pero lejana. Así, se alude a Shakespeare y a Calderón: el mundo, nuestra vida, es una obra de teatro... y algún día la obra va a finalizar.
Hay varios momentos de humor muy de agradecer, como cuando los jóvenes de la TCBS se quejan de Wagner: "¿de verdad necesitas 3 obras de 6 horas para contar la historia de un anillo?"
Y es bueno que la película finalice incorporando a los 4 niños que tendrán Tolkien y Edith. Sí, juegan un papel a la hora de inspirar a los hobbits. Y confirman que el amor es fecundo, que es la fuente de la familia y la vida.
Fuente Disminuir
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