Invitado especial
Fue una “gracia y bendición” haber sido el asistente del señor arzobispo de Bogotá
El padre Mauricio Urbina Villamil, quien estuvo como asistente del cardenal Rubén Salazar Gómez por más de cuatro años, fue escogido por el consejo episcopal y el…
Es una licencia por tres años, para adelantar estudios en Sagrada Escritura en el Instituto Bíblico de Roma, a partir del mes de septiembre de este año.
El padre Mauricio está feliz, agradecido y con gran expectativa con esta nueva experiencia de fe, para poder prestar un mejor servicio en su ministerio sacerdotal y, por supuesto, de ayuda a los feligreses y a la Iglesia.
“Doy gracias a Dios por esta oportunidad de retomar la academia y poder dedicarme de tiempo completo a estudiar, es un privilegio para mí. Aprenderé además nuevos idiomas como el griego y el hebreo antiguo”. Enfatiza el padre Urbina, con una sonrisa en su rostro.
Muchas anécdotas de aprendizaje como asistente del Cardenal
El padre Mauricio Urbina califica como una “gracia y bendición” haber sido por cuatro años y medio el asistente del señor cardenal Rubén Salazar Gómez. Vivir el día a día con él, su trabajo y pastoreo, responder solicitudes, acordar citas, manejar su agenda y salir adelante con todo lo que implica acompañar al arzobispo de Bogotá en el desarrollo de su ministerio, fue un gran legado de enseñanzas, anécdotas y aprendizajes, señala el padre Mauricio.
El padre Eugenio Fernández, actual párroco de Santa Bárbara-centro, será quien remplace al padre Urbina, en este oficio eclesial como asistente del arzobispo de Bogotá.
Paralelamente con este oficio, también desarrolló su nombramiento como párroco de La Veracruz en el centro de la ciudad, por dos años y medio. En esta parroquia deja el legado de una una comunidad activa, viva, sedienta de vivir los sacramentos, de ser guiada y acompañada en el plano espiritual por el sacerdote. En lo personal, está lleno de expectativas, de metas por cumplir, de retomar prácticas como el deporte, ya que le gusta montar en bicicleta, pues era más cómodo para él desplazarse desde su parroquia, La Veracruz, hasta el palacio arzobispal, en este medio de transporte.
Recordemos que el padre Mauricio Urbina Villamil, nació en Medellín (Antioquia), el 9 de febrero de 1983, tiene 34 años de edad. Pero vivió y se educó en Zipaquirá donde cursó su primaria y bachillerato, luego adelantó estudios de filosofía y teología en la Universidad Pontificia Bolivariana y de formación en el Seminario Mayor de Bogotá. Fue ordenado como sacerdote el 30 de noviembre de 2013, por el cardenal Rubén Salazar Gómez.
A finales de este año cumplirá cinco años como sacerdote, tiempo en los que ha sembrado y ha visto frutos, algo que también agradece a Dios el padre Urbina y lo hace sentir con el deber cumplido y testigo de la obra del Señor. Por esta razón, es hoy, nuestro invitado especial, a continuación:
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