La parroquia Nuestra Señora de las Lajas: Un faro de comunidad y fe
La parroquia Nuestra Señora de las Lajas, está ubicada en el barrio San Isabel en Bogotá y hace parte de la Vicaría Inmaculada Concepción de la Arquidiócesis de Bogotá.
Historia de la parroquia
Fundada el 2 de octubre de 1965 por el cardenal Luis Concha Córdoba, la parroquia Nuestra Señora de las Lajas se desprende de la parroquia de la Consolata y de San Lucas. Originalmente un centro de culto, fue bajo la guía del padre Jorge Enrique Rodríguez en 1967 que se inició la construcción de la actual iglesia, adoptando el nombre debido a la influencia de una comunidad nariñense en la zona.
Una comunidad heterogénea
Su párroco actualmente es el padre Julio César Montilla, quien se encuentra desde hace cuatro años al frente de la parroquia. El padre Montilla describe una comunidad que ha evolucionado significativamente. Inicialmente poblada por comerciantes de Corabastos y esmeralderos, hoy el barrio presenta una mezcla diversa de adultos mayores y jóvenes familias. La presencia de 28 hogares geriátricos, con alrededor de 500 residentes, resalta la importancia del apoyo y la pastoral social en la zona.
Desafíos y retos
El padre Montilla ha enfrentado varios desafíos. La pandemia de COVID-19 golpeó duramente a la comunidad, afectando tanto emocional como económicamente. La tarea de revitalizar la asistencia a los templos y mantener una red de comunicación y apoyo entre los diferentes estamentos del barrio se ha vuelto crucial. Además, el constante cambio en los planes pastorales de la arquidiócesis ha requerido una adaptación continua.
Logros y frutos
A pesar de los retos, la parroquia ha logrado cultivar un espíritu de fraternidad y apoyo comunitario. La reactivación de ministerios parroquiales, como el grupo de Emaús y la pastoral juvenil, ha fortalecido la vida comunitaria. La sede del arciprestazgo en la parroquia también ha permitido la realización de varias actividades comunitarias.
La parroquia cuenta con una amplia variedad de grupos parroquiales que contribuyen activamente a la vida espiritual y social de la comunidad. Entre ellos se encuentran el Ministerio de Música, los Proclamadores de la Palabra, los Ministros Extraordinarios de la Comunión, y varios otros que trabajan en áreas como la pastoral social y la formación de niños y jóvenes.
Para finalizar, el padre Montilla extendió un mensaje de esperanza y unidad a su comunidad, destacando la importancia de vernos como hermanos y trabajar juntos en la construcción de una sociedad más justa y fraterna. “Fortaleza para la situación que estamos viviendo; no es fácil, la estamos pasando muy mal en algunas condiciones. Pero creo que entre todos podemos salir adelante, luchando por buscar el bienestar común e implantar la justicia social desde nuestras comunidades parroquiales. Empezando por allí y reconstruyendo todo el entramado social”.
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