La parroquia María Madre de Dios, 42 años de servicio y espiritualidad
En el corazón del barrio El Jazmín, en Bogotá la parroquia María Madre de Dios ha sido testigo del crecimiento y transformación de su comunidad desde su fundación el 1 de enero de 1982. Bajo el liderazgo del padre José Esteban Fernández, quien lleva seis años al frente de esta parroquia, la comunidad sigue siendo un punto de referencia espiritual, especialmente para los adultos mayores que han visto evolucionar el sector y la iglesia que ayudaron a construir.
Esta parroquia hace parte de la Vicaría Inmaculada Concepción de la Arquidiócesis de Bogotá, abarca los barrios El Jazmín, La Ponderosa y El Sol, con una población aproximada de 12,000 personas “la mayoría de ellas adultos mayores, quienes están profundamente arraigados a la historia del barrio y al proceso de construcción del templo”.
La parroquia lleva el nombre de María Madre de Dios, una devoción muy querida por la comunidad. La imagen de la Virgen, tallada en madera, fue inspiración de un feligrés y ha sido un símbolo central desde la fundación de la parroquia. “La festividad de María Madre de Dios se celebra el 1 de enero, un día muy especial que reúne a muchos fieles. Es también la Jornada Mundial por la Paz, lo que hace que esta fecha sea aún más significativa”, explicó el padre José Esteban.
Una comunidad comprometida
El padre José Esteban describe a su comunidad como “una comunidad de gente adulta mayor, con un fuerte sentido de pertenencia, sobre todo porque muchos de ellos fueron parte activa en la construcción de la parroquia”. La parroquia cuenta con diversos grupos que enriquecen la vida espiritual y comunitaria. Entre ellos están la Legión de María, el grupo de catequistas, la pastoral social y la Hermandad del Santísimo, que ha estado presente en la comunidad por 58 años. También se destacan los ministros de la eucaristía y los proclamadores. Sin embargo, el padre menciona que trabajar con niños y jóvenes ha sido un desafío, pues no se cuenta con un grupo juvenil ni con infancia misionera en la parroquia.
Desafíos y frutos del ministerio
En los seis años que el padre José Esteban lleva al frente de la parroquia, ha enfrentado desafíos, especialmente en la evangelización de los jóvenes. No obstante, ha encontrado frutos en el compromiso de los adultos mayores, quienes son los principales actores en la vida parroquial. "Es una comunidad que ha aprendido a comprometerse con la Iglesia", comenta el sacerdote, resaltando el esfuerzo por sembrar la semilla de la fe, especialmente en los niños.
Durante estos seis años, el padre José Esteban ha encontrado en la Parroquia María Madre de Dios un lugar para crecer espiritualmente junto a la comunidad. “He aprendido a conocer a la gente adulta mayor, a involucrarme con ellos, escuchar y entender sus realidades. Aquí la vida es más pausada en comparación con otras parroquias, pero ese ritmo más tranquilo también ofrece mucho a nivel espiritual. Me ha ayudado a enriquecer mi ministerio y a comprender mejor las necesidades y aportes de cada persona”, expresó el padre José.
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