Basílica Menor Inmaculada Concepción de Cáqueza: Fe, historia y riqueza cultural en el oriente de Cundinamarca
Perteneciente a la Vicaría Episcopal Territorial San José de la Arquidiócesis de Bogotá, esta Basílica es orgullo y expresión de un pueblo de tradición católica, que por años ha venido madurando en su fe.
“Pastoralmente es una comunidad en la que ha crecido el hábito de la formación, hay un gusto de varios de nuestros laicos y animadores de la evangelización por la formación, por el crecimiento en la espiritualidad. Hay un deseo, un hambre de conocimiento de Dios, de la Sagrada Escritura”, afirma su párroco, el padre Yarolt Contreras.
Otro aspecto que los caracteriza, agrega el sacerdote, es la perseverancia. “Aquí tenemos varias personas que sirven a la comunidad parroquial desde hace muchos años; han entregado su vida a este servicio. También están aquellas personas que al cerrar su ciclo, al finalizar su proceso como líderes de evangelización, aunque toman otros caminos, siguen perseverantes en su fe (…) Es una comunidad muy bendecida, que nos exige mucho a sus pastores”.
Un paso por la historia
El templo fue construido inicialmente en el año de 1736, pero luego del terremoto volvió a levantarse y a colocarse la primera piedra para ser reconstruido en el año de 1923. El 8 de diciembre de 1936 finaliza la construcción y se consagra la parroquia.
La Virgen María, en la advocación de la Inmaculada Concepción, es la intercesora en esta comunidad, acompañada y pastoreada en sus inicios por comunidades religiosas, desde una “capilla doctrinera”, explica el sacerdote.
Con el paso del tiempo, la Basílica Menor de Cáqueza se convierte en un punto de referencia donde el trabajo pastoral, la devoción a la Virgen María y el desarrollo de una comunidad justa, fraterna y solidaria, es ahora ejemplo de iglesia en salida, de un lugar especial para el encuentro con Dios.
La parroquia fue exaltada por el papa Francisco como Basílica Menor, el 26 de abril de 2016, y fue consagrada oficialmente por el cardenal Rubén Salazar Gómez, el 7 de noviembre de 2016.
Dinamismo pastoral de una Iglesia en salida
De la mano de las orientaciones pastorales que han trazado la maduración y fortalecimiento de la fe en esta Iglesia particular, la comunidad parroquial de Cáqueza, con sus 38 veredas, hoy se destaca por su alegría, compromiso y participación, asegura el sacerdote.
Fruto de este caminar es la consolidación de distintos grupos pastorales como: el equipo de evangelización misionera; el Consejo Parroquial de Asuntos Económicos; el equipo de encuentro de preparación al matrimonio; la infancia misionera; la escuela de animadores de la evangelización (ESAE); la Escuela Parroquial de Catequistas; infancia misionera; el grupo de acólitos; una comunidad juvenil que está en crecimiento; los ministros extraordinarios de la comunión; los proclamadores de la Palabra; el ministerio parroquial de música; los catequistas del catecumenado; el equipo que acompaña los procesos de iniciación cristiana; el grupo de catequistas de comunión y de confirmación; la experiencia de Legión de María con adultos mayores y con niños y adolescentes. En la Basílica también hace presencia el movimiento Juan 23; y un grupo que durante algunos años lideró los cursillos de cristiandad, y que lo están retomando, enriquecido a la comunidad parroquial, afirmó el padre Yarolt.
Un municipio con tradición católica, riqueza natural y cultural
El municipio de Cáqueza, capital de la Provincia de Oriente, situado a 39 km al sur-oriente de Bogotá, cuenta con una población cercana a las 20 mil 500 personas. Fue fundado en 1600, contando con una historia de luchas, aciertos y desacierto. “Es una comunidad pujante, la mayoría de confesión católica, que sigue luchando por consolidar el espíritu del trabajo comunitario, del trabajo en equipo”, precisa el padre Yarolt, afirmando que esto lo hacen desde “la pujanza del municipio que se sueña, desde todas las autoridades civiles, eclesiásticas, municipales, por el progreso del territorio”.
Con un clima templado ideal para la producción de frutas, papa y cebolla; con unos paisajes que encantan la vista y el alma, Cáqueza también atrae a los turistas por su patrimonio religioso. “Nuestro municipio se caracteriza por el turismo religioso, especialmente aquí en la Basílica Menor”, añade el párroco.
El párroco
El padre Yarolt Dalberto Contreras Morantes nació en Bogotá, en el hogar conformado por Luis Gerardo Contreras Ariza y María Nancy Morantes. Estudió secundaria en el Colegio Salesiano Juan del Rizzo – Bogotá (1991-1997), Filosofía en el Estudiantado Filosófico Salesiano (1998 – 1999) y en el Seminario Mayor de San José (2003), y Teología en el Seminario Mayor San José (2004-2008). Fue ordenado Presbítero el 29 de noviembre de 2008, por el cardenal Pedro Rubiano Sáenz, para el servicio de la Arquidiócesis de Bogotá.
Realizó la Licenciatura en Teología en la Universidad Pontificia Bolivariana (2010) y la Maestría en Teología de la Pontificia Universidad Javeriana (2019).
Servicios pastorales:
Inicio su servicio pastoral como vicario parroquial en Nuestra Señora del Rosario – La Calera (2008); fue administrador parroquial en Santa Edith Stein (2010); capellán del Colegio Manuel María Camargo (2011); párroco en Nuestra Señora de Belén Ubaque (2012); animador del equipo arquidiocesano de animación vocacional (2013); párroco en San Martín de Porres (2018); capellán en la Fundación Universitaria San Martín; párroco en la Basílica Menor de la Inmaculada Concepción – Cáqueza; y Notario Auxiliar de la Vicaria Episcopal Territorial de San José (2019); miembro del Consejo Presbiteral (2020); representante legal de la Parroquia San Antonio – Fosca (2022); administrador parroquial en Nuestra Señora de la Concepción – Une (2023); arcipreste del Arciprestazgo 4.1 (2024).
A su comunidad
El padre Yarolt, tras 5 años de caminar pastoral de la mano de esta comunidad, manifiesta gratitud a Dios y los habitantes de este municipio por su cercanía y compromiso. Les recuerda que:
“La Iglesia está en el mundo para ser signo de la esperanza del Señor; y no solo signo a nivel de Palabra, sino también de acciones (…) Además, quien se acerca a la Madre Iglesia encontrará siempre a Jesús ofreciendo, de manera especial y fuerte, su esperanza; por eso, vale la pena en todos los momentos y circunstancias de la vida estar cerca de Él, creer en nuestro Señor Jesucristo y en la Madre Iglesia”, afirmó.
A continuación, entrevista con el párroco de la Basílica Menor Inmaculada Concepción- Cáqueza:
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