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Siete datos sobre la Solemnidad de Cristo Rey, con la que cierra el Año Litúrgico 

24 de noviembre de 2023
Siete datos sobre la Solemnidad de Cristo Rey, con la que cierra el Año Litúrgico 
Imagen:
de referencia - encuentra.com

El próximo domingo, 26 de noviembre, la Iglesia Católica celebrará la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo; conocida también como la Fiesta de Cristo Rey.

 

Esta fiesta recuerda que Cristo es el verdadero Rey que debe reinar en nuestros corazones.

 

A continuación, siete datos destacados sobre esta solemnidad.

1. La Solemnidad de Cristo Rey se instituyó después de la Primera Guerra Mundial

Luego de la Primera Guerra Mundial, en medio del crecimiento del comunismo en Rusia, y con ocasión del 1600 aniversario del Concilio de Nicea (año 325), el Papa Pío XI instituyó la fiesta en 1925 con la encíclica Quas Primas.

2. Su primera celebración coincidió con Halloween

Fue originalmente establecida para el último domingo de octubre, justo antes de la Fiesta de Todos los Santos. Cuando se celebró por primera vez en 1926, el calendario marcó el 31 de octubre, coincidiendo con Halloween.

3. San Pablo VI le dio el nombre y fecha actual a esta solemnidad

En 1969 el papa san Pablo VI dio a la fiesta su actual título: Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo Rey del Universo; y la trasladó al último domingo del año litúrgico.

4. La Solemnidad de Cristo Rey es una respuesta a la secularización, ateísmo y comunismo

Mientras el mundo presionaba para que los cristianos restringieran sus fiestas religiosas y fueran más leales a los gobiernos, el papa Pío XI escribió:

"Porque si a Cristo Nuestro Señor le ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra; si los hombres, por haber sido redimidos con su sangre, están sujetos por un nuevo título a su autoridad; si, en fin, esta potestad abraza a toda la naturaleza humana, claramente se ve que no hay en nosotros ninguna facultad que se sustraiga a tan alta soberanía. Es, pues, necesario que Cristo reine en la inteligencia del hombre, la cual, con perfecto acatamiento, ha de asentir firme y constantemente a las verdades reveladas y a la doctrina de Cristo; es necesario que reine en la voluntad, la cual ha de obedecer a las leyes y preceptos divinos; es necesario que reine en el corazón, el cual, posponiendo los efectos naturales, ha de amar a Dios sobre todas las cosas". (Quas Primas, 34).

5. Es celebrada también por muchos protestantes

A pesar de que fue creada por la Iglesia católica, algunos anglicanos, luteranos, metodistas y presbiterianos también celebran esta importante fiesta.

6. En la Iglesia protestante de Suecia, este domingo es llamado "Domingo de la condena"

Aunque oficialmente los protestantes de Suecia celebran esta fiesta como "El regreso de Cristo", su nombre coloquial es "Domingo de la Condena", ya que procede del hecho de enfocar la festividad en el Juicio Final y la segunda venida de Jesús.

7. En Polonia está la estatua más grande en honor a Jesucristo, Rey del Universo

Con 33 metros de altura (un metro por cada año de la vida terrenal de Jesús) y 3 metros de base, la estatua del Cristo Rey de Swlebodzin, en el noroeste de Polonia, es tres metros más alta que el Cristo Redentor de Río de Janeiro (Brasil).

¿Cuáles son los frutos que para el bien de la Iglesia y de la sociedad civil nos promete el público homenaje de culto a Cristo Rey?

a) Para la Iglesia

En efecto: tríbutando estos honores a la soberanía real de Jesucristo, recordarán necesariamente los hombres que la Iglesia, como sociedad perfecta instituida por Cristo, exige —por derecho propio e imposible de renunciar— plena libertad e independencia del poder civil; y que en el cumplimiento del oficio encomendado a ella por Dios, de enseñar, regir y conducir a la eterna felicidad a cuantos pertenecen al Reino de Cristo, no pueden depender del arbitrio de nadie.

Más aún: el Estado debe también conceder la misma libertad a las órdenes y congregaciones religiosas de ambos sexos, las cuales, siendo como son valiosísimos auxiliares de los pastores de la Iglesia, cooperan grandemente al establecimiento y propagación del reino de Cristo, ya combatiendo con la observación de los tres votos la triple concupiscencia del mundo, ya profesando una vida más perfecta, merced a la cual aquella santidad que el divino Fundador de la Iglesia quiso dar a ésta como nota característica de ella, resplandece y alumbra, cada día con perpetuo y más vivo esplendor, delante de los ojos de todos.

b) Para la sociedad civil

La celebración de esta fiesta, que se renovará cada año, enseñará también a las naciones que el deber de adorar públicamente y obedecer a Jesucristo no sólo obliga a los particulares, sino también a los magistrados y gobernantes.

A éstos les traerá a la memoria el pensamiento del juicio final, cuando Cristo, no tanto por haber sido arrojado de la gobernación del Estado cuanto también aun por sólo haber sido ignorado o menospreciado, vengará terriblemente todas estas injurias; pues su regia dignidad exige que la sociedad entera se ajuste a los mandamientos divinos y a los principios cristianos, ora al establecer las leyes, ora al administrar justicia, ora finalmente al formar las almas de los jóvenes en la sana doctrina y en la rectítud de costumbres. Es, además, maravillosa la fuerza y la virtud que de la meditación de estas cosas podrán sacar los fieles para modelar su espíritu según las verdaderas normas de la vida cristiana.

c) Para los fieles

Porque si a Cristo nuestro Señor le ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra; si los hombres, por haber sido redimidos con su sangre, están sujetos por un nuevo título a su autoridad; si, en fin, esta potestad abraza a toda la naturaleza humana, claramente se ve que no hay en nosotros ninguna facultad que se sustraiga a tan alta soberanía. Es, pues, necesario que Cristo reine en la inteligencia del hombre, la cual, con perfecto acatamiento, ha de asentir firme y constantemente a las verdades reveladas y a la doctrina de Cristo; es necesario que reine en la voluntad, la cual ha de obedecer a las leyes y preceptos divinos; es necesario que reine en el corazón, el cual, posponiendo los efectos naturales, ha de amar a Dios sobre todas las cosas, y sólo a El estar unido; es necesario que reine en el cuerpo y en sus miembros, que como instrumentos, o en frase del apóstol San Pablo, como armas de justicia para Dios(35), deben servir para la interna santificación del alma. Todo lo cual, si se propone a la meditación y profunda consideración de los fieles, no hay duda que éstos se inclinarán más fácilmente a la perfección.

Fuente:
ACI Prensa/ Vatican News
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