“Quien anuncia el Evangelio no puede estar fosilizado en jaulas de plausibilidad o en el ‘siempre se ha hecho así’"
“No se anuncia parados, cerrados en una oficina, en el escritorio o en el ordenador, haciendo polémicas como ‘leones de teclado’ y sustituyendo la creatividad del anuncio con el corta y pega de ideas cogidas aquí y allí”, advirtió ante miles de files peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro.
Continuando con su ciclo de catequesis sobre la evangelización y el celo apostólico del creyente, propuso, nuevamente, el ejemplo de San Pablo como “impulso” del Evangelio.
No hay anuncio sin movimiento
Citando la Carta a los Gálatas, el Papa distinguió entre el auténtico celo evangélico y el celo distorsionado: el "falso ímpetu" que esconde la vanagloria y la búsqueda de las propias convicciones. Contra esta tentación difundida, recuerda que Pablo enumera una serie de "armas" para librar la batalla espiritual: entre ellas, la prontitud.
Francisco explicó aquí la metáfora del calzado (que retoma un texto del profeta Isaías) refiriéndose al equipo de un soldado que, para evitar las trampas del terreno, debe asegurar la estabilidad de apoyo.
“El celo evangélico es el apoyo en el que se basa el anuncio, y los anunciadores son un poco como los pies del cuerpo de Cristo que es la Iglesia. No hay anuncio sin movimiento, sin “salida”, sin iniciativa.
Abiertos a la novedad, libres de esquemas
A continuación, subrayó que la persona que anuncia debe estar preparada para partir, “y sabe que el Señor pasa de forma sorprendente; por tanto, debe estar libre de esquemas y predispuesto a una acción inesperada y nueva, preparado para las sorpresas”.
“Quien anuncia el Evangelio -puntualizó- no puede estar fosilizado en jaulas de plausibilidad o en el ‘siempre se ha hecho así’, sino que debe estar preparado para seguir una sabiduría que no es de este mundo”.
Asimismo, definió la actitud de aquel que anuncia como un “impulso” y animó a los fieles a ser “evangelizadores que se mueven, sin miedo, que van adelante y para llevar la belleza de Jesús y para llevar la novedad de Jesús, que cambia todo”.
"Jesús cambia el corazón: ¿y tú estás dispuesto a que Jesús cambie tu corazón? O eres un cristiano tibio, ahí, que no se mueve... Piénsalo: eres un entusiasta de Jesús, ¿sigues adelante? Piensa un poco ...”
No perder la ocasión de anunciar la paz
Finalmente, una vez más, el Papa Francisco animó a todos a asumir plenamente el estilo de la Iglesia "en salida". Porque es importante, afirmó, "tener esta prontitud a la novedad del Evangelio, esta actitud que es un impulso, un tomar la iniciativa, un 'primerear', ir primero".
Recomendó "no dejar escapar las ocasiones para promulgar el anuncio del Evangelio de la paz; esa paz que Cristo sabe dar, más y mejor de como la da el mundo”.
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