Este 10 de abril, el Papa Francisco explicó que a Jesús se le encuentra dando testimonio de Él, y afirmó que “si nos guardamos sólo para nosotros su alegría, tal vez sea porque todavía no lo hemos encontrado de verdad”.
Hoy, Lunes de la Octava de Pascua, conocido también como el “Lunes del Ángel”, el Papa Francisco dirigió el rezo del Regina Coeli desde la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano.
Al dirigirse a los fieles presentes en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre recordó que fueron las mujeres las primeras en ir al sepulcro a honrar el cuerpo de Jesús y “no se quedaron en casa paralizadas por la tristeza y el miedo”.
En esta línea, el Papa explicó que el camino para encontrar al Resucitado es “salir de nuestros miedos y de nuestras angustias”, igual que hicieron las mujeres del Evangelio.
A continuación, destacó que en el momento en que ellas van a hacer el anuncio, “Jesús sale a su encuentro”.
“Fijémonos bien en esto -pidió el Santo Padre-, Jesús sale a su encuentro cuando van a anunciarlo. Esto es hermoso: cuando anunciamos al Señor, el Señor viene a nosotros”.
Partiendo de esta idea, afirmó que “el Señor viene cuando lo anunciamos” y no cuando lo tenemos “estrechamente junto a nosotros” por miedo a los juicios o las críticas.
“Esto es lo que nos enseñan las mujeres: a Jesús se le encuentra dando testimonio de Él, mete esto en el corazón. Anuncia al Señor y lo encontrarás, busca al Señor y lo encontrarás”, expresó.
Más tarde, señaló que al recibir una buena noticia, lo primero que queremos es compartir el anuncio con los amigos, e hizo notar que “si esto ocurre con una buena noticia, ocurre infinitamente más con Jesús, que no sólo es una buena noticia, ni tampoco la mejor noticia de la vida, sino que es la vida misma, la resurrección y la vida”.
“Cada vez que lo proclamamos, no con propaganda o proselitismo, sino con respeto y amor, como el don más hermoso para compartir, como el secreto de la alegría, entonces Jesús habita aún más en nosotros. Él viene como el don más bonito de compartir”, aseguró.
Además, expresó que “cuando se encuentra a Jesús, ningún obstáculo puede impedirnos anunciarlo. En cambio, si nos guardamos solo para nosotros su alegría, tal vez sea porque todavía no lo hemos encontrado de verdad”.
Por ello, dirigió a los fieles las siguientes preguntas: ¿Cuándo fue la última vez que di testimonio de Jesús? ¿Qué hago hoy para que las personas con que me encuentro reciban la alegría de su anuncio? Y aún más: ¿Puede alguien decir, pensando en mí, ‘esta persona es serena, es feliz, es buena porque ha encontrado a Jesús’?” .
Al finalizar el rezo mariano, el Papa renovó sus deseos de una feliz Pascua y recordó que “Cristo ha resucitado; ha resucitado de verdad”.
Además, agradeció “a todos los que, en estos días, me han enviado expresiones de buenos deseos. Agradezco especialmente las oraciones; por intercesión de la Virgen María, que Dios recompense a cada uno con sus dones”.
“Y deseo a todos que pasen estos días de la Octava de Pascua, en los que se prolonga la celebración de la Resurrección de Cristo, en la alegría de la fe. Perseveremos en la invocación del don de la paz para el mundo entero, especialmente para la querida y atormentada Ucrania”, concluyó.
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