Obispos de América junto con el Papa promueven vacuna contra COVID-19
El papa Francisco y obispos de Estados Unidos y América Latina se unieron a una campaña que promueve la vacunación contra el coronavirus.
La campaña, en tres idiomas, es una iniciativa del AD Council, una organización estadounidense sin fines de lucro que produce y promueve anuncios de servicio público en representación de diversos patrocinadores, que incluyen a organizaciones y agencias del gobierno de Estados Unidos.
Entre las campañas de AD Council están la “Conciencia sobre el autismo” que permite conocer mejor esta discapacidad y ayudar a quienes la tienen; “El amor no tiene etiquetas” que promueve la “aceptación e inclusión de las personas por raza, religión, género, orientación sexual, edad y habilidades”; y otra que alienta la adopción de adolescentes llamada “Adopción de hogares temporales”, que ha permitido que más de 800 mil tengan padres adoptivos desde 2004.
“Gracias a Dios y al trabajo de muchos, hoy tenemos vacunas para protegernos del COVID-19”, afirma el Papa Francisco en un video de AD Council, difundido este miércoles 18 de agosto a las 6:30 de la mañana, hora de Roma.
“Ellas traen esperanza para acabar con la pandemia, pero solo si están disponibles para todos y si colaboramos unos con otros”, agrega.
En el video también aparece Mons. José Gomez, Arzobispo de Los Ángeles y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, que recuerda que “la terrible pandemia del coronavirus ha causado enfermedad, muerte y sufrimiento al mundo entero”.
“Que Dios nos conceda la gracia de afrontarla con la fuerza de la fe, asegurando que las vacunas estén disponibles para todos, para que todos podamos vacunarnos”, agrega el Prelado nacido en Monterrey (México).
En una reciente declaración, la Arquidiócesis de Los Ángeles precisó que no dará exenciones religiosas a los fieles que no desean recibir la vacuna contra el coronavirus.
En Estados Unidos varios obispos se han pronunciado a favor y en contra de las exenciones. En ese sentido, los obispos del estado de Colorado recordaron que no existe en la Iglesia norma alguna que obligue a los católicos a vacunarse, pero precisaron que seguirán alentando a los fieles a “mantenerse sanos y seguros” ante la pandemia.
En el video también aparece el Cardenal Carlos Aguiar Retes, Arzobispo de México, quien señala que “a medida que preparamos un futuro mejor, como comunidad global interconectada, queremos brindar esperanza a todos sin exclusión”. “Del Norte al Sur de América apoyamos la vacunación para todos”, resalta.
Por su parte, el Cardenal Andrés Rodríguez Maradiaga dice en el video que “aún tenemos mucho por aprender sobre este virus, pero una cosa es segura: las vacunas autorizadas funcionan y están aquí para salvar vidas, son clave para un camino de sanación personal y universal”. El Purpurado es Arzobispo de Tegucigalpa (Honduras) y miembro del C6, el Consejo de Cardenales que colabora con el Papa en la reforma de la curia del Vaticano.
El Cardenal brasileño Claudio Hummes destaca en el video que “los heroicos esfuerzos de los profesionales de la salud nos han ofrecido vacunas seguras y efectivas para proteger a toda la familia humana”.
“Vacunarse es una opción de amor por todos, especialmente los más vulnerables”, añade.
“La vacunación nos ayuda a proteger a los más indefensos. Nuestra decisión de vacunarnos afecta a otros. Es una responsabilidad moral, un acto de amor para toda la comunidad”, asegura el Cardenal Gregorio Rosa Chávez, Obispo Auxiliar de San Salvador (El Salvador).
Mons. Miguel Cabrejos, Arzobispo de Trujillo (Perú) y presidente del CELAM, refiere en el video que “estamos unidos, Norte, Centro y Sur de América Latina y el Caribe, para promover y apoyar la vacunación de todos y todas”.
“Les animo a actuar responsablemente como miembros de la gran familia humana, procurando y protegiendo nuestra salud integral y la vacunación universal”, agrega.
El Papa Francisco también dice en el video que “vacunarse con vacunas autorizadas por las autoridades competentes es un acto de amor. Y ayudar a que la mayoría de la gente lo haga es un acto de amor. Amor a uno mismo, amor a los familiares y amigos, amor a todos los pueblos”.
“El amor es también social y político, hay amor social y amor político, es universal, siempre desbordante de pequeños gestos de caridad personal capaces de transformar y mejorar las sociedades”, afirma el Papa.
El Santo Padre resalta que “vacunarse es un modo sencillo pero profundo de promover el bien común y de cuidarnos unos a otros, especialmente los más vulnerables”.
“Le pido a Dios para que cada uno pueda aportar su pequeño grano de arena. Su pequeño gesto de amor. Por más pequeño que sea el amor siempre es grande. Aportar esos pequeños gestos para un futuro mejor”, concluye el Papa Francisco.
En diciembre de 2020 la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó una nota sobre “la moralidad del uso de algunas vacunas contra el COVID-19”.
En este documento se explica que “cuando no estén disponibles vacunas COVID-19 éticamente irreprochables (por ejemplo, en países en los que no se ponen a disposición de médicos y pacientes vacunas sin problemas éticos o en los que su distribución es más difícil debido a las condiciones especiales de almacenamiento y transporte, o cuando se distribuyen varios tipos de vacunas en el mismo país pero, por parte de las autoridades sanitarias, no se permite a los ciudadanos elegir la vacuna que se va a inocular) es moralmente aceptable utilizar las vacunas contra la COVID-19 que han utilizado líneas celulares de fetos abortados en su proceso de investigación y producción”.
La nota explica también que “la vacunación no es, por regla general, una obligación moral y que, por lo tanto, la vacunación debe ser voluntaria”.
“En cualquier caso, desde un punto de vista ético, la moralidad de la vacunación depende no solo del deber de proteger la propia salud, sino también del deber de perseguir el bien común. Bien que, a falta de otros medios para detener o incluso prevenir la epidemia, puede hacer recomendable la vacunación, especialmente para proteger a los más débiles y más expuestos”, prosigue el texto.
En cuanto a las personas que deciden rechazar las vacunas por razones de conciencia como la relación remota con el aborto, la nota indica que “deben tomar las medidas, con otros medios profilácticos y con un comportamiento adecuado, para evitar que se conviertan en vehículos de transmisión del agente infeccioso”.
“En particular, deben evitar cualquier riesgo para la salud de quienes no pueden ser vacunados por razones médicas o de otro tipo y que son los más vulnerables”, resalta el documento.
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