La protección de menores debe ser siempre una prioridad en la acción educativa de la Iglesia: Francisco
“Que la protección de los menores se convierta cada vez más en una prioridad ordinaria de la actividad educativa de la Iglesia; que sea la promoción de un servicio abierto, fiable y autorizado, en firme contraste con toda forma de dominación, desfiguración de la intimidad y silencio cómplice”, fue la insistencia presentada por el papa Francisco en su mensaje a los participantes del encuentro, organizada por la comunidad Papa Juan XXIII con la Acción Católica Italiana y el Centro Deportivo Italiano, en colaboración con el Centro de Victimología y Seguridad de la Universidad de Bolonia, Italia.
Refiriéndose a la relevancia de los trabajos realizados en escenarios como el congreso en marcha, destacó la importancia de la “la participación activa del pueblo de Dios al camino de conversión personal y comunitaria. Un camino que, como Iglesia, estamos llamados a realizar todos juntos, con la atención puesta en el dolor y en la vergüenza por no haber sido siempre buenos custodios protegiendo a los menores que nos han sido confiados a nuestras actividades educativas y sociales”.
Explicó que ese camino, ese proceso de conversión, “requiere con urgencia una renovada formación de todos aquellos que tienen responsabilidad educativa y que trabajan en entornos con menores en la Iglesia, en la sociedad, en la familia. Solo así, con una acción sistemática de alianza preventiva, será posible erradicar la cultura de la muerte porta en sí toda forma de abuso sexual, de conciencia, de poder”.
La prevención como artesanos de educación
“(…) Les pido que continúen siendo creíbles, es decir, responsables en el cuidado y coherentes en el testimonio. Que puedan ser promotores y custodios de una renovada alianza educativa entre generaciones y entre diferentes contextos de crecimiento de los menores, capaces de estimular entre ellos una conexión generativa y protectora, sobre todo, en este tiempo complejo de pandemia”, afirmó el santo padre al destacar la contribución de los jóvenes, que “será preciosa a la hora de reconocer las situaciones de riesgo y de llamar con valentía a toda la comunidad a la responsabilidad que tiene en la protección de los menores, a ver el modo de relacionarse con las jóvenes generaciones, para que se les vuelva a garantizar la belleza del encontrarse, del dialogar, del jugar y soñar”.
Finalmente, animó a las asociaciones de laicos a perseverar en esta acción de formación en la corresponsabilidad, el diálogo y la transparencia.
Fuente Disminuir
Fuente