En el Año Santo de la MIsericordia habrá un jubileo para presos
Entre los eventos del Año Santo de la misericordia promulgado por Papa Francisco (del 8 de diciembre de 2015 al 20 de noviembre de 2016) habrá también un “Jubileo de los…
Monseñor Rino Fisichella, Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, presentó un primer calendario de eventos, ilustró algunas cuestiones logísticas y explicó el significado del evento. Reveló además que Papa Francisco le había comunicado la idea del Jubileo (anunciado sorpresivamente por Jorge Mario Bergoglio el pasado 13 de marzo) durante una audiencia del 29 de agosto del año pasado: «El secreto pontificio todavía funciona», indicó el religioso.
«Y hay que recordar inmediatamente, para evitar equívocos, que el Jubileo de la Misericordia no es y no pretende ser el gran Jubileo del año 2000», subrayó Fisichella. El Papa, recordó, «desea que este Jubileo sea vivido en Roma y en las Iglesias locales», y «es fácil apreciar en la bula» diferentes características que lo convierten en algo único, desde el «llamado a la misericordia», hasta la naturaleza extraordinaria del Año santo, que no sigue el ritmo tradicional de los jubileos ordinarios (cada 25 o 50 años), misma que los dos Jubileos del pasado, en 1933 y en 1983 respetaron, siguiendo «el aniversario de la redención que llevó a cabo Cristo».
El «calendario oficial de los eventos que se llevarán a cabo en Roma» incluye, además de las ceremonias de apertura y clausura, con todo y la apertura y clausura de la Puerta Santa de San Pedro, las citas para la apertura de las Puertas Santas de las otras tres basílicas papales (el 13 de diciembre de 2015 la de San Juan de Letrán, el primero de enero de 201, Jornada Mundial de la Paz, la de Santa María Mayor y el 25, fiesta de la conversión de San Pablo, San Pablo extramuros), la clausura final de las mismas Puertas Santas (el 13 de noviembre de 2016), el envío de los «misioneros de la Misericordia» el 10 de febrero, Miércoles de Ceniza («Deberán ser sacerdotes pacientes, capaces de comprender los límites de los hombres, y listos para expresar el afecto del Buen Pastor en su predicación y en la confesión»), una celebración penitencial en San Pedro, que se llamará «24 horas para el Señor» y será el viernes 4 y el sábado 5 de marzo, y una serie de jubileos por categorías de personas: agentes sanitarios (del 19 al 21 de enero), religiosos (el 2 de febrero, día de la clausura del Año de la vida consagrada), la Curia romana (el 22 de febrero; «no hemos pensado mínimamente en la reforma de la Curia romana», respondió Fisichella a los periodistas, «pero también la Curia necesita reformarse como toda la Iglesia), «los que se sumen a la espiritualidad de la Divina misericordia (el 3 de abril), chicos y chicas de entre 13 y 16 años (el 24 de abril y diferente del «Jubileo de los jóvenes», que será la JMJde Cracovia del 26 al 31 de julio), diáconos (el 29 de mayo), sacerdotes (el 3 de junio), «agentes y voluntarios de la misericordia» (el 4 de septiembre), catequistas (el 25 de septiembre), el Jubileo mariano (entre el 8 y el 9 de octubre) y, finalmente, el 6 de noviemmbre de 2016 el «Jubileo de los prisioneros en San Pedro»: «Esto no sucederá solo en las cárceles, sino que estamos estudiando la posibilidad para que algunos prisioneros puedan tener la oportunidad de celebrar con Papa Francisco en San Pedro su proprio Año Santo», explicó Fisichella, quien precisó que este «deseo» del Papa todavía se está estudiando. Todo el Año, dijo el religioso al responder a los periodistas, habrá catequesis en el santuario del Santo Espíritu, cerca del Vaticano, sobre la encíclica de Juan Pablo II “Dives in Misericordia” (de 1980).
La próxima semana, dijo Fisichella, se llevará a cabo el primer encuentro bilateral oficial con las autoridades italianas. Estarán presentes, además del mismo Fisichella y del subsecretario del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, mons. Graham Bell, el asesor de la Secretaría de Estado, mons. Peter Brian Wells, y, representando a Italia, el subsecretario de la Presidencia del Consejo de Ministros, Claudio De Vincenti, el alcalde de Roma, Ignazio Marino y, en representación de la Región Lacio, el vicepresidente da la junta. Entre los temas que afrontarán estará «la cuestión de la seguridad», respondió el mismo Fisichella. «Roma está acostumbrada a eventos de este tipo, y estará a la altura de su labor: los romanos serán acogedores, tendrán pacientes y entusiasmo. La ciudad logrará dar lo mejor de sí». En cuanto a «todos los peregrinos que llegarán a Roma individualmente y sin una organización», Fisichella indicó que se identificarán algunas Iglesias del centro histórico en la que podrán encontrar acogida, «para consentir que el evento se viva de manera religiosa, con seguridad y al reparo de la intemperie del abusivismo que cada día parece arrollar a millones de personas que llegan a los lugares sacros de la cristiandad». Mons. Fisichella no quiso ofrecer los números relacionados con las previsiones de la llegada de peregrinos y subrayó, por una parte, lo extraordinario de este Jubileo que se llevará a cabo también en las Iglesias locales y, por otra, la popularidad de Papa Francisco. «Se leen en los periódicos cifras como 25 millones de personas durante el año, pero es oportuno ser prudentes», precisó el vicedirector de la Sala de prensa vaticana, el padre Ciro Benedettini. El Papa, reveló Fisichella, le habló por primera vez del Año Santo durante una audiencia privada del 29 de agosto del año pasado. Le dijo: «“¡Cuánto me gustaría un Jubileo de la Misericordia!”». Fue, explicó el religioso, un «movimiento del espíritu», y nadie habló de la noticia antes de que el Papa hiciera el anuncio oficial, porque «el secreto pontificio todavía funciona». En cuanto al Sínodo ordinario, que se llevará a cabo en octubre, poco antes de que comience el Jubileo, Fisichella explicó que «si la misericordia no pasa por la doctrina, entonces no es la doctrina de la Iglesia».
Además de los eventos en Roma, también se están organizando cinco «signos jubilares», que «Papa Francisco cumplirá de manera simbólica dirigiéndose a algunas “periferias” existenciales para ofrecer personalmente testimonio de la cercanía y de la atención por los pobres, por los que sufren, por los marginados y por todos los que necesitan un signo de ternura». A los que, durante la conferencia de prensa de hoy, le hacían notar la ausencia de la obra para «amonestar a los pecadores» en la bula jubilar, Fisichella explicó que se optó por un «lenguaje renovado».
Fisichella también presentó el logo del Jubileo de la Misericordia, que fue realizado por el jesuita Marko Ivan Rupnik (el Buen Pastor quel leva sobre los hombros a un hombre perdido), y una serie de iniciativas en Internet (el sitio oficial, la presencia en las redes sociales, la idea de una “app” para teléfonos inteligentes). La revista semanal de los Paulinos “Credere” será la revista oficial del Jubileo y la Alianza Bíblica Internacional distribuirá un millón de copias del Evangelio de Marco. «Todas las conferencias episcopales están involucradas; agradecemos a la Cei (la de Italia, ndr.) post odo su apoyo», dijo Fisichella, que anunció, además, la próxima publicación de una circular a todos los obispos del mundo sobre el Jubileo.
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