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Papa León XIV: “La pobreza más grave es no conocer a Dios”

13 de junio de 2025
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«Tú, Señor, eres mi esperanza» (Sal 71,5), así comienza el mensaje del Santo Padre, publicado este viernes 13 de junio, para la IX Jornada Mundial de los Pobres que se celebrará el próximo 16 de noviembre.  “Estas palabras brotan de un corazón oprimido por graves dificultades: «Me hiciste pasar por muchas angustias» (v. 20), dice el salmista”.

El Papa León XIV expresa en su mensaje que “el pobre puede convertirse en testigo de una esperanza fuerte y fiable, precisamente porque la profesa en una condición de vida precaria, marcada por privaciones, fragilidad y marginación. No confía en las seguridades del poder o del tener; al contrario, las sufre y con frecuencia es víctima de ellas”.

Dios nuestra única esperanza

Afirmando además que “reconociendo que Dios es nuestra primera y única esperanza, nosotros también realizamos el paso de las esperanzas efímeras a la esperanza duradera. Frente al deseo de tener a Dios como compañero de camino, las riquezas se relativizan, porque se descubre el verdadero tesoro del que realmente tenemos necesidad”.

«No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los consumen, y los ladrones perforan las paredes y los roban. Acumulen, en cambio, tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que los consuma, ni ladrones que perforen y roben» (Mt 6,19-20)

Advierte el Pontífice en el mensaje que “la pobreza más grave es no conocer a Dios”. Y recuerda al Papa Francisco que lo escribía en la Evangelii gaudium: «La peor discriminación que sufren los pobres es la falta de atención espiritual. La inmensa mayoría de los pobres tiene una especial apertura a la fe; necesitan a Dios y no podemos dejar de ofrecerles su amistad, su bendición, su Palabra, la celebración de los Sacramentos y la propuesta de un camino de crecimiento y de maduración en la fe» (n. 200).

La esperanza cristiana

El Papa señala que los bienes de la tierra, como “regla de fe y secreto de la esperanza” no bastan para hacer feliz al corazón: “Las riquezas muchas veces engañan y conducen a situaciones dramáticas de pobreza, la más grave de todas es pensar que no necesitamos a Dios y que podemos llevar adelante la propia vida independientemente de Él”.

«Sea Dios toda tu presunción: siéntete indigente de Él, y así serás de Él colmado. Todo lo que poseas sin Él, te causará un mayor vacío.» (san Agustín, Enarr. in Ps. 85,3).

Y el Papa León XIV reconoce el valor de “la esperanza cristiana, a la que remite la Palabra de Dios, es certeza en el camino de la vida, porque no depende de la fuerza humana sino de la promesa de Dios, que es siempre fiel. Por eso, los cristianos desde los orígenes quisieron identificar la esperanza con el símbolo del ancla, que da estabilidad y seguridad”.

“La esperanza -dice León XIV-, sostenida por el amor de Dios derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo (cf. Rm 5,5) transforma el corazón humano en tierra fértil, donde puede brotar la caridad para la vida del mundo”.

La caridad cristiana

E indica también que la invitación bíblica a la esperanza, conlleva el “deber de asumir responsabilidades coherentes en la historia, sin dilaciones”: “La pobreza tiene causas estructurales que deben ser afrontadas y eliminadas. Mientras esto sucede, todos estamos llamados a crear nuevos signos de esperanza que testimonien la caridad cristiana, como lo hicieron muchos santos y santas de todas las épocas”.

“Los hospitales y las escuelas, por ejemplo, son instituciones creadas para expresar la acogida hacia los más débiles y marginados. Hoy deberían formar parte ya de las políticas públicas de todo país, pero las guerras y desigualdades con frecuencia lo impiden”, expresa León XIV.

“Los pobres no son una distracción para la Iglesia -expresa el Papa-, sino los hermanos y hermanas más amados, porque cada uno de ellos, con su existencia, e incluso con sus palabras y la sabiduría que poseen, nos provoca a tocar con las manos la verdad del Evangelio. Por eso, la Jornada Mundial de los Pobres quiere recordar a nuestras comunidades que los pobres están en el centro de toda la acción pastoral. No solo de su dimensión caritativa, sino también de lo que la Iglesia celebra y anuncia”.

Combatir la pobreza

También el Papa señala, que la exhortación a la atención caritativa a los pobres durante el año Jubilar, no es una casualidad, sino un llamado a “custodiar y transmitir los dones divinos que han sido derramados en nuestras manos a lo largo de todo un año de oración, conversión y testimonio. Los pobres no son objetos de nuestra pastoral, sino sujetos creativos que nos estimulan a encontrar siempre formas nuevas de vivir el Evangelio hoy”.

Concluye el Santo Padre exhortando a que “este Año Jubilar pueda impulsar el desarrollo de políticas para combatir antiguas y nuevas formas de pobreza, además de nuevas iniciativas de apoyo y ayuda a los más pobres entre los pobres”.

Fuente:
Vatican News
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