El segundo día de Francisco en la isla comenzó con una visita de cortesía a Su Beatitud Crisóstomo II, en el Palacio Arzobispal Ortodoxo de Chipre. Un día dedicado al ecumenismo.
Testimonio vivo de la esperanza
Las sonrisas y la cordialidad marcaron el encuentro, que se mantuvo en una dimensión privada. De hecho, tras las primeras palabras entre el Papa y el Patriarca ortodoxo, las cámaras se desplazaron al exterior. Después de la conversación privada ambos firmaron el Libro de Honor, Francisco escribió:
“Peregrino en Chipre, perla de la historia y de la fe, invoco de Dios la humildad y el coraje para caminar juntos hacia la plena unidad y dar al mundo, a ejemplo de los Apóstoles, un mensaje fraterno de consuelo y un testimonio vivo de esperanza”
"Su Beatitud, gracias por hablar de la Iglesia Madre, en medio del pueblo. Este -escribe el Papa en el Libro de Honor- es el camino que nos une como pastores. Avancemos juntos por este camino. Y muchas gracias por hablar de diálogo. Debemos avanzar siempre por el camino del diálogo, un camino laborioso, paciente y seguro, un camino de coraje. Parresía y paciencia".
La figura del Patriarca Crisóstomo II
Tras la firma del Libro de Honor, el Papa Francisco se dirigió a la catedral ortodoxa para reunirse con el Santo Sínodo junto con Su Beatitud Crisóstomo II (cuyo nombre de pila es Irodotos Dimitriou), arzobispo de Nueva Justiniana y de todo Chipre. La máxima autoridad ortodoxa de Chipre nació en Tala (Pafos) el 10 de abril de 1941. Ordenado diácono el 3 de noviembre de 1963, estudió en la Escuela de Teología de la Universidad de Atenas de 1968 a 1972. Fue ordenado sacerdote el 12 de noviembre de 1972 de manos del entonces arzobispo de Chipre Makarios III.
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