Liturgia: Comentario al Evangelio del domingo
San Mateo nos hace una presentación de Jesús, hijo de Abraham y de David: Es el Mesías anunciado y prometido, Hijo de Dios, tiene por nombre Emmanuel, que significa Dios con nosotros. La Virgen concebirá y dará a luz un hijo por obra del Espíritu Santo. Y con ello nos revela que Jesús es Hijo de Dios y es el verdadero Mesías, el Salvador resucitado por Dios.
No es un maestro fracasado, sino el nuevo Moisés, de Él nace el nuevo Israel, la Iglesia reunida por el Resucitado. Destruido el templo, Jesús, el Hijo amado de Dios, es la nueva presencia de Dios en el mundo, en medio de nosotros.
Hermanos: un texto evangélico que repetimos casi de memoria, y no nos damos cuenta de que se trata del gran anuncio, del cumplimiento de la promesa hecha por el mismo Dios: <<va a entrar el Señor, Él es el Rey de la gloria, Dios con nosotros>>.
Es la Buena Noticia: Dios se ha hecho hombre. Todo esto sucedió para que se cumpliese; en Jesús se cumplen las promesas que Dios había hecho a su pueblo.
Dios ha querido hacerse hombre, nacer de una mujer de nuestra raza, crecer, caminar, sentir hambre y sed, sufrir y morir. Es el misterio y la realidad de la Encarnación del Hijo de Dios, la hermosa fiesta cuya celebración nos disponemos a celebrar.
La historia más bella que un cristiano puede contar y la más bella que cualquier otro ser humano puede escuchar. No estamos solos en el mundo, Dios está con nosotros en Colombia en estos tiempos difíciles. Es la gran novedad de nuestra fe católica. Lo proclama san Mateo al inicio de su Evangelio, y lo cierra con la promesa del mismo Jesús: “Mirad que Yo estoy con vosotros cada día has el fin del mundo” (Mt. 28,20).
Hermanos: El Evangelio en la Eucaristía de este domingo es una invitación apremiante a acoger a Jesús como único Maestro de vida. Durante el año iremos paso a paso aprendiendo su mensaje y cómo convertirnos en fieles discípulos y seguidores suyos. Aprovechemos bien el tiempo de Adviento para enriquecer y fortalecer nuestra vida espiritual.
Salud y bendición para todos. Padre Carlos Marín G.
Fuente Disminuir
Fuente