La alegría y la novedad del ministerio ordenado

Desde tiempos remotos, la Iglesia ha insistido en la formación integral de los ministros ordenados y así lo han manifestado los pontífices desde la cátedra de Roma. Son…
Vivimos en sociedades cada vez más dinámicas e interconectadas, en sus cambios acelerados, que transforman incluso hasta la forma de vivir los valores sociales, que no pueden perder su esencia, pero sí se pueden vivir de manera distinta; ya que cada época es cada época y no existen unas mejores o peores.
El papa Francisco viene reclamando cada vez con más insistencia sobre este proceso de formación del ministerio ordenado, para ser una Iglesia en salida, una Iglesia misionera, que ponga su horizonte en los más pobres y necesitados de la sociedad, especialmente para aquellos alejados del Amor Misericordioso del Padre, que se revela en su Hijo, como rostro de la misericordia divina; no puede existir mayor pobreza que la humana; y no puede existir mayor pobreza humana que vivir alejado de Dios.
Para ser fieles a este mandato universal de formación, la arquidiócesis de Bogotá, bajo el pastoreo del cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá, primado de Colombia y presidente del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano), adelantó jornadas de tres días con diferentes grupos del clero de la Capital de Colombia, en donde se hizo énfasis en la Alegría y Novedad del Ministerio Ordenado, como se le llamó a estas jornadas de reflexión personal y grupal, coordinadas por monseñor Pedro Salamanca y monseñor Luis Manuel Alí, bajo la dirección del cardenal Rubén Salazar.
En las jornadas hubo reflexiones profundas y personales en temas tales como el sentir frente al ministerio recibido, relaciones con Cristo y relaciones con los demás. Fue un trabajo realizado en medio de la fraternidad sacerdotal, ambiente cordial y tiempos adecuados que permitieron hacer un análisis y balance en la bitácora personal que cada sacerdote inició como un proceso continuo de mejoramiento y crecimiento personal.
Durante esta jornada de reflexión estuvo presente con el grupo, monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, obispo de la diócesis de Tibú, en el Norte de Santander, quien es recocido además como uno de los mejores líderes de Colombia. Este reconocimiento lo obtuvo gracias a su colaboración como mediador entre las partes del conflicto armado en el Catatumbo en donde brindó soluciones pacíficas.
Monseñor Sánchez compartió su experiencia de vida con el clero reunido e invitó una vez más a la misericordia, a encontrar siempre una respuesta positiva y de responsabilidad en cada situación, ambiente, condiciones de pobreza, violencia o exclusión desde el lugar donde se haga el pastoreo y con el rebaño que el Señor dispuso para cada sacerdote.
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