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¿Me amas...?

4 de mayo de 2025
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Esa es la pregunta que Jesús hizo a Pedro y nos hace a nosotros. Los discípulos se reúnen para ir a pescar. La iniciativa es de Simón Pedro, los otros discípulos van con él, pero falta Jesús, y sin Él todo va a resultar infructuoso. Así sucedió, aquella noche no cogieron nada. Sin Jesús no se puede salir a pescar. Es la ausencia de Jesús, Él es la luz, Él es el día.

Pescar hombres es evangelizarlos. Y si Jesús resucitado no está, quiere decir que salimos a pescar de noche, y no cogemos nada; nuestra labor evangelizadora no produce frutos. Salir a pescar sin Jesús no produce frutos.

La noche, en el lenguaje de San Juan, significa ausencia de Jesús.

Jesús se dirige al grupo: ¡Echad las redes!. Es decir, la tarea es para todos: somos todos, es la comunidad cristiana la que debe salir a pescar; todos somos pescadores por vocación. No es solo el Obispo, no solo el sacerdote, somos todos los bautizados.

Y continúa la catequesis. Antes de confiarle su rebaño, Jesús le hace a Pedro, por tres veces, una pregunta que debió dejarlo sorprendido ¿Me amas?.

Es que para ser buen pescador de hombres no basta con creer en Jesucristo; fe en Jesús sin amor a Él es prolongar la noche. Muchos cristianos dicen tener fe, dicen creer en Jesucristo, pero no lo aman. No hay amor en su vida cristiana. El evangelio es la buena noticia del amor de Dios por nosotros, y ese amor exige la misma respuesta: amarlo a Él, nacido de María Virgen, muerto por nosotros y resucitado.

Jesús, su vida, su muerte, su resurrección, es una prueba de amor. El Cristianismo, la evangelización, la pesca de hombres para Dios, es una experiencia de amor; de amor a Jesús y de amor a los hermanos. Si queremos vivir la fe en Jesús y salir a pescar hombres para Dios, esa experiencia de amor es necesaria, es insubstituible.

Y no basta con responder una sola vez “sí yo te amo” Jesús le hizo a Pedro tres veces la misma pregunta: ¿me amas más que estos?. El amor a Dios no es cosa de un día, y menos de un momento, y no solo de palabra, hay que demostrarlo con obras.

¿Me amas? Es una pregunta que Jesús nos hace a todos y todos los días. ¿Cuál es nuestra respuesta…?

Vivamos esta semana con profundidad espiritual; como días de gracia y de oración; que el Espíritu Santo guíe e ilumine al Pueblo de Dios, a todos los cardenales que han de elegir al sucesor de Pedro.

P. Carlos Marín G.

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