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El que verdaderamente honra a Dios es aquel que cumple su voluntad

1 de octubre de 2023
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Jesús propone tres parábolas para hacerles entender a los sumos sacerdotes y a los acianos del pueblo  el rechazo del pueblo de Israel a su Persona y al anuncio del Reino. Este domingo proclamamos una de ellas: la de los dos hijos.

Con ella Jesús da una respuesta a los que tanto hablaban de Dios, de su ley y de su templo. Los llama a *buscar el Reino de Dios y su justicia* y ellos lo acusan de acoger a los pecadores. De aquí la dura respuesta de Jesús: otros, *los pecadores y las rameras llegan antes que vosotros al Reino de Dios*.

La fe en Dios y la vida del cristiano hay que verlas desde otra perspectiva: Es la actitud interior de la persona lo que verdaderamente importa, no las apariencias externas. El que verdaderamente honra a Dios es aquel que cumple su voluntad. Para el Padre del cielo lo decisivo no son las palabras, sino los hechos y la vida cotidiana; es el traducir en hechos el Evangelio de Jesús.

La relación con Dios tiene que inspirar y transformar toda nuestra vida, la familiar, la de trabajo, la de las relaciones sociales, el ejercicio de la política. Para que sea confiable nuestra fe debe ser expresión de compromiso. S. Pablo alaba la sinceridad de la fe de Timoteo, 1,1-18

Estamos acostumbrados a hablar de tener fe, y poco hablamos de vivir la fe, de llegar a ser cristianos  de verdad, de hacernos  mejores cristianos cada día, después de cada  día de trabajo y vida de familia,  después de cada rezo del santo Rosario. No lo somos de verdad si cada domingo acudimos a celebrar la Eucaristía, pero   de lunes a sábado, Dios sigue siendo el gran ausente. Es como decirle a Dios que sí vamos a vivir el Evangelio, que sí vamos a trabajar en su viña, pero luego nada hacemos. El mensaje de Jesús es muy claro: otros os precederán en el camino hacia el Reino de Dios.

¿Nacemos cristianosNO, nos hacemos cristianos; vivimos haciéndonos cristianos, esa es la verdad.  Lo que cuenta no es hablar, llamarse, decir que sí soy, sino HACERSE cada día, en toda circunstancia, en cada lugar, en cada momento de la vida cotidiana. No nos confesemos cristianos, pensemos más bien en llegar un día   a serlo según el Evangelio y el magisterio de la Iglesia. 

Padre Carlos Marín G.

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