¡Juntos podemos cambiar la historia del cáncer en Colombia!

La importancia de que las mujeres se hagan su autoexamen de seno una vez al mes, ocho días después de haber tenido el periodo menstrual y “exigir a la EPS una…
Amese es una Asociación sin ánimo de lucro, no gubernamental, fundada en el año 2006, brinda apoyo a las mujeres diagnosticadas con Cáncer de Mama y las acompaña junto a sus familias durante el proceso de la enfermedad, promueve el desarrollo de habilidades que les permitan adaptarse a las exigencias y retos de esta situación, asumiéndola como una oportunidad de vida. Además suministra información y orientación acerca del Cáncer de Mama a la población en general para que tome conciencia de la importancia del diagnóstico temprano.
El Catolicismo entrevistó a su directora, Victoria Eugenia Saa Cabal, conocida como Tory Saa a quien le agradeció por esta entrevista y unirse a la campaña “Al pecho no le des la espalda”.
El Catolicismo: ¿Cómo el Cáncer de Mama se ha convertido en una enfermedad de salud pública que ha aumentado en las mujeres colombianas en los últimos años?
Tory Saa nos cuenta como Colombia es uno de los países que tiene diagnóstico tardío en cuanto a esta enfermedad porque las mujeres no tienen el conocimiento de cuáles son los factores de riesgo, por eso explica que tenemos ese gran problema en el país, donde se mueren más mujeres que en Estados Unidos, Australia y Europa.
Amese se dedica a enseñarle a la mujer el conocimiento del autocuidado de la mama, nos habla también de sus inicios, cómo se han constituído en la institución líder del cáncer de seno en Colombia y cómo están organizadas.
EL CATOLICISMO: Frente al régimen de salud que vivimos en Colombia, nos comentó sobre la situación tan difícil por la que pasan tantas mujeres de ser atendidas a tiempo para su tratamiento y el drama que viven según el régimen contributivo o subsidiado.
Para la mujer diagnosticada con Cáncer de Seno que tiene su medicina prepagada en 30 días inicia su tratamiento adecuado sea cirujía, radioterapia o quimioterapia, con el régimen contributivo se demoran de 3 a 6 meses en iniciar el tratamiento y lo más dramático el régimen subsidiado se demora de 6 a 9 meses para iniciar el proceso adecuado, lo que quiere decir que a 180 días el cáncer ya ha avanzado…sin tener la atención oportuna para iniciar el tratamiento, escuchemos:
Ante esta realidad, Ámese promueve la campaña de sensibilización a través de charlas “Al pecho no le des la espalda”
Es un programa que ha tenido Ámese para enseñarle a la mujer el conocimiento y el autocuidado de la mama, en este momento tienen un convenio con la SED – Secretaría de Educación Distrital, donde van a los sectores más deprimidos para dictar las charlas, el año pasado 2014 llegaron a casi 7.000 personas, dándole el conocimiento del autocuidado de la mama, nos habla de las alianzas con diferentes instituciones, entre ellas con la Arquidiócesis de Bogotá y nos explica algunos síntomas sobre el cáncer de mama haciendo un llamado a las mujeres para que se quieran y al pecho no le den la espalda:
Ahora, escuchemos a Catalina Suescún, quien nos cuenta cómo conoció Amese, invita a hacer parte del voluntariado y a apoyar uno de los servicios que tienen con la donación del cabello. A Catalina en sus tres meses de embarazo le diagnosticaron el Cáncer de Mama, recientemente terminó sus quimioterapias y en la actualidad su hija Alicia a quien también podrían llamar “Milagros” el pasado 16 de abril, cumplió su primer año de vida, espere para este mes de mayo su testimonio, aquí en El Catolicismo.
Para finalizar, les compartimos la motivación que tuvo Teresa Medina, una compañera de trabajo de la arquidiócesis de Bogotá para donar su cabello:
“Hacia septiembre de 2014 realizando mi trabajo efectuaba una consulta en internet sobre normatividad de donaciones, al hacer la consulta encontré imágenes de una campaña que hubo para apoyar a mujeres con cáncer de mama y esto me hizo reflexionar en todas las bendiciones que he recibido de Dios, en el privilegio que he tenido al gozar de la plenitud de mi salud y la oportunidad que tenía para compartir y contribuir a que una mujer pudiera hacer llevadera o menos dolorosa su recuperación a través de una pequeña ayuda como mi cabello.
Desde este momento me propuse continuar cuidando mi cabello y emprendí la búsqueda de una organización que recibiera este tipo de donaciones y lo hiciera llegar a una mujer que lo necesitara sin los altos costos con que se encuentran en el mercado. Llamé a cancerología en donde recibí la información de las características que debía tener el cabello, el lugar y las condiciones de la donación. Espero haber contribuido al bienestar de una mujer”.
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