“Gracias, papa Francisco, por amar a Colombia”: cardenal Luis José Rueda Aparicio

En la Basílica Metropolitana – Catedral Primada de Colombia se celebró la tercera eucaristía en memoria del papa Francisco, presidida por el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia, y concelebrada por el cardenal Jorge Enrique Jiménez, arzobispo emérito de Cartagena; monseñor Francisco Javier Múnera Correa, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia; monseñor Germán Medina, obispo de Engativá; y el nuncio apostólico en Colombia, monseñor Paolo Rudelli.
La celebración contó con la presencia de varios obispos colombianos, sacerdotes, representantes de la vida consagrada, personalidades del gobierno nacional, entre ellos la vicepresidenta Francia Márquez, y cientos de fieles que colmaron la catedral para rendir homenaje al Santo Padre fallecido.
Un homenaje lleno de fe y esperanza
En su homilía, el cardenal Rueda destacó el legado de cercanía, esperanza y fraternidad que deja el Papa Francisco a la Iglesia universal, recordando cómo hasta el final de sus días fue un testimonio de entrega y fidelidad a Cristo.
“Jesús se acerca a los caminantes de Emaús para hacerles la terapia de la esperanza. Así también lo hizo el papa Francisco con nosotros durante 12 años de pontificado”, afirmó, citando el pasaje evangélico de Lucas como guía de su predicación.
El cardenal Rueda propuso tres elementos esenciales de esa “terapia de la esperanza”, inspirada en el testimonio del Santo Padre:
Cercanía: “Jesús es el Dios cercano... el Papa se nos acercaba con ternura, en oración, con los pobres, con los excluidos del planeta. Fue una bendición para la humanidad.”
Diálogo y escucha: “Nos enseñó a encontrarnos y escucharnos... a valorar al otro y construir una Iglesia de la escucha, que camine en sinodalidad.”
Cena compartida: “Como Jesús entró a la casa de los discípulos, el Papa entró en nuestros corazones, en nuestro dolor, en medio de la pandemia. Nos animó cuando más lo necesitábamos.”
Un momento de unidad nacional
La celebración también fue un gesto de unidad y fraternidad. El cardenal Rueda valoró la presencia de autoridades civiles, el cuerpo diplomático y miembros de distintas vocaciones eclesiales: “Cristo nos une junto al altar, nos hace una sola familia”, afirmó.
En medio del dolor por la pérdida, el cardenal invitó a la esperanza: “Gracias, papa Francisco por visitar nuestro país, por estar pendiente de nuestros pasos, por anunciarnos que Jesús está vivo, que Él es nuestra Pascua y nuestra verdadera esperanza”.
Con esta eucaristía, la Arquidiócesis de Bogotá culminó los tres días de oración y gratitud por la vida, vocación y ministerio del Santo Padre, convocando a todos los fieles a seguir su ejemplo de coherencia, humildad y compromiso por la paz y la justicia.
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