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Obispos colombianos analizan desafíos y oportunidades de su misión ante crisis nacional

8 de julio de 2025
Obispos colombianos analizan desafíos y oportunidades de su misión ante crisis nacional
Imagen:
Comunicaciones CEC.
El episcopado colombiano avanza en su 119.ª Asamblea Plenaria priorizando el análisis de la realidad nacional y regional.

En Bogotá, el 7 de julio, un panel con expertos, asesores del Servicio Episcopal para el Perdón, la Reconciliación y la Paz conformado por los obispos durante la asamblea pasada, así como sesiones de trabajo por provincias eclesiásticas, dieron paso a un diagnóstico que reveló patrones alarmantes de violencia, abandono estatal y economías ilegales que siguen fracturando al país desde los territorios.

 

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Durante la instalación del encuentro, monseñor Francisco Javier Múnera Correa, arzobispo de Cartagena y presidente de la Conferencia, manifestó la preocupación del episcopado ante el complejo y fragmentado panorama político que tiene la nación, que, según refirió, debilita la visión colectiva, el sentido de pertenencia y la defensa institucional.

Más tarde, como parte de la fase de análisis de la realidad nacional, se desarrolló un panel al que invitaron a tres miembros del equipo asesor del Servicio Episcopal para el Perdón, la Reconciliación y la Paz de la Conferencia Episcopal, conformado durante la pasada asamblea, para dar una respuesta más integral al país en esta materia: María Victoria Llorente, directora de la Fundación Ideas para la Paz; Ernesto Borda, consultor en gestión estratégica de riesgos; y el sacerdote jesuita John Jairo Montoya, delegado de la Iglesia para el acompañamiento a la Mesa de diálogo con el EMBF- FARC. Durante el diálogo, moderado por el sacerdote eudista Camilo Bernal Hadad, parte de este mismo equipo, los expertos centraron sus reflexiones en tres niveles: paz y seguridad; Colombia en el panorama mundial y los esfuerzos de solución política a la violencia. 

Tras este panel, los prelados trasladaron su análisis al panorama regional. Por grupos de provincias, discernieron sobre los desafíos actuales en esos territorios y la necesidad avanzar con hechos concretos a nivel de región para no caer en la tentación de verse superados por el mal y la violencia.

"Cuando el Estado no llega, los ilegales escriben las reglas", afirmó monseñor Omar de Jesús Mejía Giraldo, tras el análisis realizado en su grupo, integrado por los obispos de las provincias eclesiásticas de Florencia y Villavicencio. El prelado compartió una de las ideas planteadas:

"Tener conciencia de que nuestra presencia tiene que ser sobria pero significativa. Es decir, que nuestra tarea evangelizadora conduzca a la paz...Tenemos también la idea de seguir haciendo las peregrinaciones de la vida y la esperanza allí, en aquellos territorios donde la gente más ha sufrido por alguna masacre, por alguna situación de violencia".

Monseñor Orlando Olave, obispo de Ocaña, dio cuenta de una de las realidades compartidas en las jurisdicciones que conforman las provincias eclesiásticas de Bucaramanga y Nueva Pamplona:

"Es esa ausencia del Estado [...] que tiene como resultado la presencia de actores armados que van copando esos territorios. Ese elemento que alimenta esa situación de violencia [...] es la misma realidad de lo ilegal, no solamente el narcotráfico, sino también la minería, pero también los cobros y extorsiones".

Pese a esta compleja situación, el prelado afirmó que la Iglesia seguirá caminando en la esperanza que proviene de Dios. Destacó la presencia permanente que tienen párrocos, agentes de pastoral y catequistas en esos territorios para continuar esta misión.

Por su parte, monseñor Omar Sánchez destacó la importancia de coordinación entre las jurisdicciones de las provincias eclesiásticas de Popayán y Cali para acompañar de forma más consistente e integral a tantas comunidades que hoy están sufriendo en esas zonas críticas del pacífico y suroccidente del país:

“Alentar en la esperanza a partir de nuestros planes de pastoral, llevados a su máxima expresión a partir de un trabajo de unidad episcopal donde nos hagamos visible en las crisis a partir de unos procesos, con las estructuras que ya tenemos de nuestras pastorales sociales que han sido de gran aliento para las comunidades en momentos de crisis. De modo que podamos servir de puente de diálogo, de encuentro, sin que seamos nosotros la solución, podamos sumar como parte de la solución con otros sectores sociales y otros sectores que necesariamente deben involucrarse para poder ayudarle a los territorios a ir resolviendo". 

“Ser profetas de esperanza en medio del complejo contexto nacional”

Con un llamado a fortalecer la esperanza en medio de los desafíos del país y la misión evangelizadora, inició el segundo encuentro de obispos colombianos del Año, en la sede de la Conferencia Episcopal de Colombia.

En su discurso inaugural, monseñor Francisco Javier Múnera Correa, arzobispo de Cartagena y presidente de la CEC, destacó la unidad episcopal, el legado del papa Francisco y el liderazgo del nuevo Pontífice León XIV. Con preocupación, se refirió también a las dificultades sociales y políticas de Colombia, que retan su misión pastoral. 

 

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Previo a la sesión plenaria, el cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo emérito de Bogotá, había presidido la Eucaristía invitándolos a ser pastores de esperanza, incluso en aquellas situaciones donde parece no haberla. Les recordó la necesidad de discernir permanentemente las situaciones y mantener una predicación cristocéntrica, señalando a Dios como única fuente de vida plena.

"Nuestra tarea es descubrir, anunciar y hacer sentir la presencia de Dios", expresó el purpurado en la celebración.

Unidad y colegialidad: "Qué bueno es que los hermanos vivan unidos"

Citando el Salmo 133, el Presidente del Episcopado Colombiano inició su alocución resaltando la importancia de la comunión entre los obispos: “Qué bueno y agradable es que los hermanos vivan unidos”. Subrayó que esta reunión es “una de las más concretas expresiones del afecto colegial”, en línea con el espíritu sinodal impulsado por el Papa Francisco, quien enseñó que “Iglesia y Sínodo son sinónimos”.

Gratitud por el papa Francisco: Un legado de misericordia y esperanza

Monseñor Francisco Múnera recordó con emoción el pontificado de Francisco, destacando su cercanía con los más vulnerables y su magisterio centrado en la misericordia y la alegría del Evangelio. Citó palabras del cardenal Giovanni Battista Re durante sus exequias: “Fue un Papa en medio de la gente con el corazón abierto hacia todos”.

Entre los legados del Pontífice argentino, resaltó su llamado a “no dejarnos robar la esperanza”(Evangelii Gaudium) y su convocatoria al Jubileo 2025, cuyo lema “Peregrinos de esperanza” también guía a la Iglesia colombiana en su compromiso con la paz.

Bienvenida al papa León XIV: Unidad y doctrina social

Monseñor Múnera expresó gratitud por la elección del papa León XIV, quien asumió el ministerio petrino el 8 de mayo. Destacó su lema “In illo Uno, unum” (en Él, uno somos), inspirado en San Agustín, y su enfoque en la unidad de la Iglesia y la doctrina social, retomando la Rerum novarum de León XIII para afrontar los desafíos de la inteligencia artificial y la justicia laboral.

El Santo Padre, dijo, busca una Iglesia “signo de unidad y comunión, fermento para un mundo reconciliado”.

Compromiso con la cultura del cuidado

En su mensaje, monseñor Múnera ratificó también el compromiso de la Conferencia Episcopal de Colombia con la atención y prevención de abusos desde el Sistema para la Cultura del Cuidado. Destacó los pasos significativos que han dado las diversas jurisdicciones eclesiásticas hacia la protección de menores y personas vulnerables.

 “Somos conscientes de la responsabilidad compartida que asumimos y, a la luz de las Líneas Guía, ratificamos que “el cuidado de todas las personas, y de manera especial de niños, adolescentes, jóvenes y personas vulnerables, es inherente a la acción pastoral de la Iglesia y expresa su misión más profunda” (n. 14). En distintos momentos y de diversas maneras hemos confirmado nuestra corresponsabilidad con esta causa”.

Con María como estrella: obispos encomendarán su misión con retiro y celebración jubilar

Al finalizar su discurso, monseñor Múnera hizo alusión a los signos de espiritualidad y fraternidad con los que han decidido terminar este encuentro episcopal, fuera de la sede en Bogotá:

“Nuestra Asamblea culminará con el retiro espiritual que llevaremos a cabo en el Convento del Desierto de Nuestra Señora de la Candelaria en Ráquira, acogidos por los Padres Agustinos Recoletos, y con el Jubileo de los Obispos en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, acogidos por los Padres Dominicos”.

Allí, los obispos colombianos sellarán su compromiso con la renovación de su misión como profetas y servidores de la esperanza, siguiendo el ejemplo de la Virgen María, “estrella del mar” en los tiempos actuales.

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CEC.
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