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Jesuitas en Colombia, 100 años promoviendo la fe, la justicia y el desarrollo humano integral

31 de agosto de 2023
100 años jesuitas colombia
Entrevista desde El Colegio Mayor de San Bartolomé, fundado en 1604. Esta institución educativa, de la Compañía de Jesús, es la más antigua de América Latina.

La orden religiosa católica masculina, fundada en 1540 por Ignacio de Loyola, con voto de obediencia al Papa, quien la aprobó para encargarla de la evangelización a través de la educación y de las misiones en los distintos lugares del mundo, ha estado presente en este territorio desde la colonia, pasando por distintos momentos de aceptación y rechazo, sin detener su aporte en la formación de la fe, no solo en seminarios sino en colegios. También, promoviendo un estilo de vida cristiana, el magisterio de la Iglesia católica y la doctrina social.

 

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Ignacio de Loyola fue un soldado y sacerdote español fundador de la Compañía de Jesús.

 

Los jesuitas llegaron a lo que hoy conocemos como la República de Colombia, provenientes del virreinato de la Nueva España, donde se habían establecido unos años antes. Los invitó el recién nombrado arzobispo de Santafé, Bartolomé Lobo Guerrero en 1596. Este prelado quería que los religiosos ayudaran a fundar un Seminario para formar el clero de Santafé y de otras provincias, para ocuparlos en la evangelización de los distintos grupos indígenas. 

Los religiosos habían intentado establecerse en el Nuevo Reino de Granada desde 1589, sin embargo se concretó hasta septiembre de 1604, cuando llegaron a la ciudad de Santafé, para comenzar clases en enero de 1605 en lo que hoy conocemos como el Colegio Mayor de San Bartolomé, en el costado sur oriente de la actual plaza de Bolívar.[1]

En la Manzana Jesuítica los religiosos tenían: el Colegio Máximo y la Javeriana Colonial fundada en 1623.[2] En el primero vivían los profesores jesuitas de la Universidad Javeriana y aquellos estudiantes que se formaban para sus ministerios y que se iban a dedicar a las misiones en los Llanos de Casanare y el Meta; de las misiones populares entre los pueblos cercanos de la ciudad y de las doctrinas de Fontibón, Tunjuelito, Cajicá y Tópaga.

En el Seminario de San Bartolomé vivían los seminaristas que se preparaban para el sacerdocio, actual edificio del ministerio de Relaciones Exteriores. De allí salían para tomar clases en la casa de las aulas, actual Museo de Arte Colonial. En este establecimiento llegaron estudiantes de las distintas regiones del territorio para recibir instrucción en filosofía y teología, requisitos indispensables para la ordenación sacerdotal.

Entre 1604 y 1767 los jesuitas desde el punto de vista administrativo se organizaron en la Provincia del Nuevo Reino de Granada. Esta comprendía los colegios de Cartagena de Indias, Honda, Tunja, Mompox, Santafé, Santafé de Antioquia, Pamplona, Mérida, actual Venezuela, Santo Domingo y Buga.[3]  Popayán y Pasto hacían parte de la Provincia del Ecuador. En estos establecimientos se recibía a los niños internos que aprendían a leer, escribir, sumar, dividir y restar, hasta sus grados superiores. Al pie de estos edificios se construyeron las Iglesias que servían para el culto y para impartir los Ejercicios Espirituales a los españoles, criollos y los indígenas.

En los colegios hubo bibliotecas para los estudiantes desde las primeras letras hasta los libros más especializados en teología, filosofía, patrística, patrología, historia de la Iglesia, derecho, matemática, gramática, medicina y espiritualidad.[4]

En la Academia Javeriana, siguiendo la tradición de los jesuitas de aprender las lenguas de los indígenas, se empezó a enseñar la lengua de la familia lingüística de los Chibchas. Una condición sine quo non para ir a las misiones era el que los misioneros debían aprender y dominar la lengua de los indígenas a los cuales iban a evangelizar. En sus misiones en el Nuevo Reino de Granada los jesuitas escribieron gramáticas chibchas y de las lenguas de los pobladores de los Llanos del Casanare y el Meta.[5]

Durante el periodo de la Monarquía Española, los jesuitas en el Nuevo Reino de Granada realizaron un gran proyecto cultural, social, educativo y religioso que contó con la acción de “247 miembros, 148 sacerdotes, 78 hermanos coadjutores y 21 escolares”[6]. Este propósito se vio truncado por la expulsión de los religiosos por parte del monarca Carlos III de estos territorios en 1767 y posteriormente la extinción de la orden en 1773 por el papa Clemente XIV.[7]

 

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Centenario de la Provincia Colombiana de la Compañía de Jesús

 

El regreso definitivo de los jesuitas a Colombia se dio en un periodo llamado ‘de la Regeneración y la Hegemonía Conservadora’.  Los gobiernos de la Regeneración solicitaron ayuda a las congregaciones religiosas para que apoyaran con la educación en las principales ciudades y en los territorios de misión.

 

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A finales de diciembre de 1883 llegaron cuatro jesuitas a la ciudad de Bogotá: Mario Valenzuela, Eugenio Navarro, Ignacio Taboada y Santiago Páramo provenientes de Centro América de Nicaragua y Costa Rica.

En el periodo comprendido entre 1884 y 1924 desde el punto de vista administrativo, se denominó la Misión de Colombia, que dependía de la Provincia de Castilla. Los jesuitas se dedicaron a la enseñanza a través de sus colegios en Bogotá, Medellín, Bucaramanga, Pasto y Barranquilla.

Los religiosos abrieron casas para dar Ejercicios Espirituales a sus feligreses e incursionaron nuevamente en territorios de misión como el Caquetá y el Putumayo. Desde los colegios fundados en las principales ciudades salieron a las denominadas misiones populares transitorias por las diócesis de Medellín, Antioquia y Manizales y con el propósito de evangelizar a la población de las riberas del río Magdalena.[8]

En Bogotá, fundaron las Congregaciones de la Buena Muerte, para hombres y mujeres bajo la protección de San José.  Erigieron asociaciones como: la Academia de San Pedro Claver fundada en 1888; la Juventud Católica de Bogotá en 1892, cuyo presidente fue Marco Fidel Suarez; y la Congregación Mariana en 1906.  En Medellín crearon asociaciones como: la Sociedad de San León XIII en 1898, luego se llamó en 1902 Congregación Mayor, más tarde denominará Juventud Católica.[9]

 

Grandes frutos a nivel social, cultural y formativo

 

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Desde sus colegios y la Universidad Javeriana han contribuido a la formación de la juventud del país, y a la investigación en todas las áreas del saber. 

En el campo social son significativas sus acciones en la gestación del Círculo de Obreros, del sindicalismo católico, de las misiones, especialmente la del Magdalena Medio, el Instituto Mayor Campesino en Buga, las investigaciones sociales del Cinep y la creación del Programa por la Paz. Hoy uno de sus miembros más reconocidos en el país, el padre Francisco de Roux, quien ha trabajado incansablemente por la paz, es miembro de la Comisión de Verdad.

Actividades en el marco del Centenario

 

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A continuación entrevista con el padre Jorge Enrique Salcedo Martínez, S.J., profesor de Historia Universidad Javeriana – Bogotá , quien amplia detalles sobre esta obra de Dios que le apuesta a seguir promoviendo la fe y la justicia:

 

Referencia:

Artículo Los Jesuitas en Colombia, Jorge Enrique Salcedo Martínez S.J.

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[1] Juan Manuel Pacheco, Los Jesuitas en Colombia. Tomo 1, 1567-1564 (Bogotá: Talleres de San Juan Eudes, 1959) 72-117.

[2] La manzana jesuita comprende actualmente el Colegio Mayor de San Bartolomé, el templo de San Ignacio y el Museo de Arte Colonial.

[3] José del Rey Fajardo, Los jesuitas en Cartagena de Indias, 1604-1767, (Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2004)

[4] José del Rey Fajardo, La Biblioteca colonial de la Universidad Javeriana comentada (Bogotá: Javegraf y Archivo Histórico Juan Manuel Pacheco, 2008) 17-172.

[5] José del Rey Fajardo, Misiones Jesuíticos en la Orinoquia (San Cristóbal, Venezuela: Universidad Católica del Táchira, 1992) 719-781.

[6] José del Rey Fajardo, Los jesuitas en Cartagena de Indias, 1604-1767 (Bogotá: Ceja, 2004) 17.

[7] La supresión de la Compañía de Jesús “fue el resultado de la campaña general antijesuitica, que debe integrarse dentro del movimiento de la Ilustración, protagonizada por los ministros regalistas de los Estados borbónicos. Estos no dudaron en el empleo de la coacción con los papas, hasta que Clemente XIV firmó el breve Dominus ac Redemptor (Julio 1773), suprimiendo la CJ como orden religiosa. Era muy típico en las relaciones Iglesia-Estado en el siglo XVIII que el documento pontificio, para surtir efecto en un país, debía ser previamente aceptado por su soberano. Así, la CJ fue extinguida en todas las naciones, excepto en Prusia (hasta 1780) y Rusia (hasta 1820)”. En Diccionario Histórico Vol. 1, 878-884. Los jesuitas fueron restaurados por el Papa Pío VII el 7 de agosto de 1814.

[8] Daniel Restrepo, La Compañía de Jesús en Colombia (Bogotá: Imprenta del Corazón de Jesús, 1940) 117.

[9] Luis Javier Muñoz, Notas Históricas sobre la Compañía de Jesús restablecida en Colombia y Centro América, 1842-1914. (Oña, España: Imprenta del Colegio, 1920) 106.

Oficina Arquidiocesana de Comunicaciones
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