Iglesia católica en la Guajira marginada por la clase política

Sino fuera por la Iglesia que hace presencia con sus comunidades religiosas y una labor de evangelización muy grande, esta región del país, estaría en una situación más…
La Guajira azotada por la falta de agua, sequia y el abandono que sufrió por años, tiene aún un problema gigantesco que no es desconocido por ningún ciudadano: la ruta de mafias y la corrupción desbordada que ha permeado a dirigentes locales y a autoridades, factores culturales que ponen lo ilegal como modelo y la falta de presencia del Estado, ingredientes que hacen calificar a este departamento, en una situación casi “inviable”.
La Iglesia excluida poco a poco
La falta de criterios de la clase política en esa zona del país, tienen arrinconada, cada cada vez más, a la Iglesia ya que se opone y se niega a tener prácticas ilegales o corruptas, especialmente con los recursos destinados a la educación por parte del Gobierno Nacional.
La Diócesis de Riohacha creada hace 29 años, le apuntó a los procesos educativos y a la evangelización en esta región, presente aquí con colegios públicos, estratos 0,1 y 2 dirigidos por educadores laicos, sacerdotes y religiosas. Se manejaron hasta 40.000 mil niños en educación pública, en Riohacha, por ejemplo, con educación de alta calidad .
Sin embargo, poco a poco la Iglesia fue siendo “arrinconada”, es la denuncia monseñor Héctor obispo de Rioacha, ya que en este momento solo se le ha permitido tener a cargo la educación de 10.000 niños, en un trabajo conjunto con los entes territoriales, gobernaciones y alcaldías de la zona.
Perseverar, denunciar, orar y evangelizar aunque los procesos sean lentos, son los premisas de la Iglesia representadas por la Diócesis de Riohacha en este departamento regido por altos índices de corrupción, alianzas de autoridades, políticos y grupos ilegales
Escuchemos a continuación entrevista completa con monseñor Héctor Salah Zuleta quien ratifica esta realidad:
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