Sinodalidad, cultura vocacional y formación para la reconciliación, ejes pastorales en la Vic. Espíritu Santo
Las Vicarías Episcopales Territoriales de la Arquidiócesis de Bogotá, de la mano del Plan E y del camino sinodal emprendido el año anterior, continúan fortaleciendo su acción pastoral y evangelizadora, con miras a ser una iglesia en comunión, participación y misión.
El Catolicismo habló con monseñor Yoany Cupitra Díaz, vicario episcopal territorial de la Vicaría Espíritu Santo, quien compartió el balance del año 2021 y las proyecciones para el 2022.
Tras señalar que el 2021 fue “un año que nos exigió en la fe y que nos mostró que el mundo es más cuando dejamos a Dios ser Dios”, monseñor Cupitra destacó que este también fue un año en el que “las parroquias, los movimientos, las comunidades religiosas fueron ganando en la convicción sobre la urgencia por evangelizar, y eso ya es una gracia”.
Sobre las proyecciones de la vicaría en ámbitos pastorales y sociales, el sacerdote precisó:
Dando continuidad a los procesos en marcha, se fortalecerán:
- Las apuestas para que presbíteros, religiosos, religiosas y laicos, crezcan en la conciencia sinodal, en el caminar juntos.
La Sinodalidad no la entendemos como un tema sino como espiritualidad, como una forma concreta de ser Iglesia, una forma de proceder. Crecer en este espíritu sinodal es una tarea de la vicaría; esto redundará en frutos bellísimos en la evangelización.
- El trabajo por una cultura vocacional: Se dará mayor fuerza a los semilleros vocacionales.
Además, se ha elaborado una ruta para ir generando ese despertar vocacional en niños y jóvenes, para que, aquellos que el Señor ha elegido, tengan la valentía de responderle con generosidad y puedan abrazar la vocación sacerdotal, religiosa, con alegría, con entusiasmo, con ese deseo de sentir que también hoy vale la pena vivir la vocación. Se permitan preguntarse qué es lo que Dios quiere con ellos.
Dos sacerdotes lideran este proyecto, el padre Fredy Herrera y el padre Jonatán Rozo, ellos han convocado a religiosas y laicos y ya tienen una planeación para este año.
- A nivel vicarial, queremos liderar un proyecto de emprendimiento en un espíritu de economía solidaria, quisiéramos apoyar a muchas personas que necesitan una oportunidad laboral.
- También, un proyecto para crear espacios de formación para la paz y la reconciliación desde las parroquias.
Esperamos, dar pasos concretos en estas iniciativas, a finales del primer trimestre del 2022.
- El acompañamiento a adultos no bautizados: este año celebraremos los sacramentos de Iniciación Cristiana para un grupo de 45 adultos que, acompañados por la Vicaría, se han preparado en sus propias parroquias.
Queremos aportar para que estos procesos ayuden verdaderamente a formar cristianos adultos, que teniendo una experiencia profunda con Cristo se vinculen a sus comunidades.
Este grupo celebrará sus sacramentos en la próxima Vigilia Pascual.
Ya estamos iniciando la apertura de un nuevo grupo, que se va a formar durante los próximos nueve meses, para que en la Pascua del 2023 reciban los sacramentos.
- Queremos seguir acompañando los EPEM (Equipo Parroquial de Evangelización Misionera) como organismos de comunión y participación en las parroquias.
Si logramos que cada parroquia instaure el EPEM y este asuma su misión, estaremos renovando efectivamente la marcha pastoral de nuestras comunidades.
EPEM, laicos, sacerdotes, religiosos, religiosas, que disciernan juntos el querer de Dios sobre el hoy de sus comunidades. Creo que debemos insistir en ello.
- La vicaría quiere seguir acompañando a los presbíteros, para que, en un ambiente de fraternidad, podamos unos y otros apoyarnos. El cuidado de los pastores es una bella misión de todos y la vicaría cuenta con un grupo de excelentes sacerdotes que diariamente entregan su vida, a ellos debemos acercarnos y fraternalmente ponernos a su servicio.
Esta vicaría cuenta con 34 parroquias, 34 párrocos, 3 vicarios parroquias y religiosos que colaboran. Son aproximadamente 40 sacerdotes.
En esa misma línea, habrá un énfasis para acompañar y apoyar las comunidades religiosas, reconocer el bien que están haciendo y caminar justos.
Finalmente, monseñor Yoany, se refirió a su experiencia como vicario episcopal territorial, afirmando que “han sido dos años como vicario episcopal, un tiempo bello, de una experiencia de conocer de otra manera la Arquidiócesis, de conocer de otra manera a mis hermanos sacerdotes, de aprender, y de asumir los desafíos que nos presentó la pandemia, el momento actual que vivimos en el mundo y en la Iglesia”.
“(…) Siento que es una experiencia bella que el Señor me regala para poder acompañar a mis hermanos sacerdotes y a las comunidades parroquiales”.
Manténgase al día de actividad vicarial en: https://vetespiritusanto.arquibogota.org.co/
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