“Sigamos conociendo a Jesús para amarlo más y anunciarlo con un testimonio comprometido”
Su territorio comprende la calle 45 hasta la calle 100 y desde la avenida carrera 68 hasta La Calera.
Está conformada por 44 parroquias, 69 sacerdotes, 59 comunidades religiosas. Es una zona bastante consolidada de la ciudad, urbanizada totalmente, compuesta por parroquias clásicas, tradicionales, como la Basílica de Nuestra Señora de Lourdes, Nuestra Señora de Chiquinquirá, La Porciúncula, Cristo Rey, Santa Clara, entre otras.
Desafíos y horizonte pastoral
“La pandemia nos ha cambiado el horizonte. Estamos por el cuarto pico, vemos que como es una zona bastante tradicional, está conformada, en su mayoría, por gente mayor, que por prudencia no ha vuelto, como se esperaba, a congregarse en los templos, a participar en las celebraciones, a apoyar las actividades de las parroquias”, manifiesta el sacerdote, al tiempo que anima a retomar la participación, con los debidos protocolos de seguridad, haciendo de la presencialidad una realidad a nivel de la Iglesia católica.
En esta línea señaló que, con los capellanes de las instituciones educativas y con los párrocos, se trabaja en el fortalecimiento de la participación juvenil e infantil.
También, destacó la creatividad y el uso de herramientas tecnológicas “para dar respuesta a lo que la Iglesia y la ciudad nos pide en el momento actual”.
Monseñor, como Arquidiócesis estamos caminando en un tiempo de Sínodo, finalizando la última etapa del Plan E, ¿cómo ha sido la participación de la comunidad en medio de la pandemia por COVID -19?
En este momento estamos en revisión del plan de la evangelización, si bien es cierto estamos en la última etapa, también es el inicio, porque la Evangelización continua mientras exista la historia, estamos en un tiempo de revisión del Plan de Evangelización, pero con nuevas luces. Y es el sínodo al que nos ha convocado el Santo Padre, entonces a la luz de las directrices que nos va dando el Sínodo, vamos trabajando en esos ejes fundamentales que son: la comunión, la participación y la misión.
Esta vicaría tiene muchas riquezas, entre ellas, la presencia de la vida religiosa, tenemos 10 parroquias encomendadas a comunidades. Es una riqueza muy grande, porque ellos, desde otro ángulo, enriquecen toda nuestra labor evangelizadora.
Otro elemento fundamental es que se han desarrollado unos lazos muy fuertes de solidaridad, de comunicación cristiana de bienes, de ayuda entre todos: sacerdotes, laicos, religiosos. Ha sido un momento en el que hemos avanzado muchísimo en la solidaridad, porque sin ese valor tan importante es difícil hacer frente a cualquier desafío.
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