Parroquia madre de Bogotá: Santa Bárbara de Usaquén
La parroquia Santa Bárbara de Usaquén, ubicada al nororiente de la ciudad de Bogotá, nace en un contexto indígena. Con más de 350 años de creación, se constituye en eje central del proceso de evangelización y desarrollo cultural de esta zona de la capital colombiana, habitada durante la época prehispánica por un poblado muisca, desplazado hacia el sur por decreto real”.
“Aquí habitaba una tribu indígena, cuyo cacique le denominaban el Usaquén, por eso esta zona se denomina Usaquén. Se cree que esta parroquia nace en 1665; aunque no se reconoce propiamente el lugar y el terreno donde se edificaba el templo”, explica el sacerdote Juan Carlos Bejarano Cubillos, C.J.M., actual párroco en esta comunidad, al referirse a los inicios de esta parroquia, considerada uno de los mayores tesoros arquitectónicos de Bogotá.
“A su llegada los colonos españoles desplazaron a la comunidad indígena hacia Soacha y abordaron todos estos territorios con pequeñas fincas; crearon solamente el pueblito fundacional, de las cuatro cuadras alrededor de la plaza, y allí nace el templo parroquial”, agrega el padre Juan Carlos.
La acción pastoral y evangelizadora fue asumida inicialmente por los frailes dominicos, “ellos estuvieron alrededor de los dos primeros siglos como administradores parroquiales y párrocos del templo, después con la llegada de los padres Eudistas a la zona, a fundar su Seminario en este territorio, hace más de un siglo, la Arquidiócesis de Bogotá les concede la administración de la parroquia y desde allí estamos acompañando a la feligresía “.
De acuerdo a los archivos parroquiales, se tiene información que el primer sacerdote a cargo de la parroquia Santa Bárbara de Usaquén fue Fray Marcos Camargo, en el año de 1.742.
Templo doctrinero:
La Iglesia, junto con la plaza fundacional, fue el lugar de fundación del poblado de Usaquén desde la época Colonial.
La ubicación precisa de este templo, no se conoce, pero se presume que fuera la misma en la cual se construyera o se convirtiera posteriormente a parroquia, después de 1.759 (indicación de abolición de los resguardos).
“Del primer templo al templo que tenemos construido parece que hubo una renovación, pero, a través de tres siglos de historia que tiene este templo, se piensa que ha tenido más intervenciones, principalmente en la estructura del techo, del piso y las ventanas. También en los nichos que antes eran numerosos en el interior de la estructura del templo”, precisa el sacerdote Eudista.
"Este inmueble patrimonial, es testimonio de la conformación urbana de Usaquén, desde su configuración como pueblo indígena siendo el templo doctrinero, luego español y luego en el proceso de conurbación de Santa Fe de Bogotá. Como hecho arquitectónico representa los cambios culturales, técnicos y formales. Como elemento religioso, fue epicentro de fe cristiana".
Intervenciones – restauraciones
Según la reseña realizada por el padre Eudista Álvaro Botero Álvarez, en la década del 2000 - retomada en el Estudio de valoración - templo de Santa Bárbara - Arq. Ángela Mercedes Riaño- en 1775 se interviene el templo realizando el cambio de tejado y algunas vigas de la iglesia, y se determina que se debe volver a construir la Sacristía que está desplomada”.
“Era la iglesia de Santa Bárbara de Usaquén de tapia pisada, adobe y teja de barro. Su espadaña alojaba tres campanas que sonaban cuatro veces al día. En las mañanas las beatas vestidas de pañolón negro con su catrecillo de terciopelo y haciendo cruces mal hechas, mojadas en agua bendita invadían el templo. El carácter medieval lo daba el canto gregoriano que nadie comprendía y ascendía, mezclando con olor a incienso, fundiéndose al retablo de madera, tallada y estofada en pan de oro, con sus santos tristes que parecían vivos, hechos por artistas y artesanos coloniales como los Figueroa, Vásquez Arce y Ceballos, quienes en sus talleres molieron pigmentos con linaza y trementina, para sobre yutes crear la iconografía americana” (Estudio de valoración - templo de Santa Bárbara - Arq. Ángela Mercedes Riaño).
En el mismo estudio, se indica que “el proceso de reconstrucción de la Iglesia que hoy conocemos estuvo acompañado de acontecimientos que influyeron para su consolidación: la venta de las tierras que constituían el antiguo resguardo; la constitución de la parroquia; el regreso de los indígenas desde el resguardo de Soacha a su antiguo resguardo, los cuales finalmente contribuyeron en la reconstrucción de la iglesia de Usaquén”.
En 1781, la iglesia es intervenida nuevamente, señala el registro en mención, "con la reparación del retablo y el arco toral, obra que realizan los indígenas. Se reconoce en la iglesia para esta época, el uso del bahareque y los amarres realizados con fibras naturales, la teja de barro, los aleros con canes y las grandes puertas en madera”.
En 1939 se diseña la nueva torre por el padre francés Andrés Basset, que reemplazará la espadaña de 3 campanas.
Para 1940 se está construyendo la torre actual, y para 1941 ya está terminada.
En el 2014 se proyecta la restauración del techo y su estructura luego del deterioro natural de sus materiales, que se acrecentó con la ola invernal del 2010.
Tras la pandemia y el progresivo retorno a la presencialidad, el templo hoy se encuentra con las adecuaciones estructurales necesarias y las puertas abiertas para acoger en la fe a niños, niñas, jóvenes, adultos y personas mayores.
“La parroquia, fue declarada Patrimonio Cultural, del Distrito Capital mediante el acto administrativo - Decreto 606 de 2001, en el cual se le otorga el Nivel de Conservación Integral”.
Dinamismo pastoral
La parroquia Santa Bárbara de Usaquén, perteneciente a la Vicaría Padre Misericordioso, se ha caracterizado por acompañar pastoral y espiritualmente tanto a residentes como a visitantes, quienes, atraídos por la belleza y valor histórico tanto de la localidad como del templo parroquial, visitan el lugar, solicitan la administración de sacramentos, principalmente el matrimonio; van en búsqueda de asistencia espiritual o a participar en la santa misa.
“Celebramos cinco misas en el templo el día domingo, tres entre semana, con buena asistencia y con un aforo que nos permite mantenernos bioseguros. También continuamos con las transmisiones virtuales y los grupos, movimientos, van regresando a la presencialidad”.
Desafíos en tiempo de pandemia
Esta parroquia reaccionó rápidamente, a través de las redes sociales, para transmitir y seguir el funcionamiento virtual de las celebraciones eucarísticas, señala su párroco, quien acompaña esta comunidad desde hace más de 6 años. Actualmente, adelanta la tarea pastoral de la mano de los presbíteros Nicolás Otero y Gerardo Amado, vicarios parroquiales.
Atendiendo a las condiciones generadas por la pandemia COVID 1-9, se ha establecido el aforo y las medidas necesarias para retomar la acción pastoral y evangelizadora con todos los protocolos de bioseguridad.
Finalmente, el padre Juan Carlos, tras compartir con El Catolicismo el proceso de creación y consolidación de esta comunidad parroquial, el valor histórico y arquitectónico del templo y los desafíos pastorales vividos a lo largo del servicio en esta parroquia, recuerda a los bautizados que peregrinan en esta porción del pueblo de Dios que el Señor "nos ha bendecido abundantemente a través de la parroquia Santa Bárbara de Usaquén. Sigamos acogiendo sus bendiciones (…) que Jesucristo sea el Rey y Señor de cada uno de nosotros”.
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