<<Ungidos para ungir>> : Misa Crismal en la Arquidiócesis de Bogotá
Como signo de comunión misionera, en la Catedral Primada de Bogotá, el presbiterio arquidiocesano, con su arzobispo, monseñor Luis José Rueda Aparicio, celebró la solemne Misa Crismal en la que se bendijo los aceites que se usarán en la vida litúrgica de las comunidades parroquiales.
El óleo de los enfermos, cuyo uso atestigua el apóstol Santiago, remedia las dolencias del alma y del cuerpo, para que los enfermos puedan soportar y vencer con fortaleza el mal y conseguir el perdón de los pecados.
El óleo de los catecúmenos, para la preparación ritual hacia el Bautismo. Con este óleo se extiende el efecto de los exorcismos, pues los elegidos reciben la fuerza para que puedan renunciar al diablo y al pecado, antes de que se acerquen y renazcan de la fuente de la vida.
El santo crisma se significa que los cristianos, injertados por el bautismo en el misterio pascual de Cristo, participan con la unción de su sacerdocio real y profético, y reciben, por la confirmación, la unción del Espíritu Santo que se les da en plenitud.
Con el santo crisma se consagra en los ritos del Bautismo, la Confirmación, la Ordenación y se dedican nuevos altares e iglesias.
Renovación de los compromisos sacerdotales
Al volver a celebrar la conmemoración anual del día en que el Señor Jesucristo comunicó a los Apóstoles su sacerdocio, en esta eucaristía, también, se renovaron los compromisos sacerdotales de este presbiterio, quien ratificó su deseo de:
- Renovar los compromisos hechos ante su obispo y ante el pueblo santo de Dios;
- Estar más unidos a Cristo, configurándose con Él, renunciando a sí mismos y reafirmando su compromiso de cumplir los sagrados deberes, que aceptaron con gozo el día de su ordenación sacerdotal;
- Ser fieles dispensadores de los misterios de Dios por la celebración de la santa Eucaristía y demás acciones litúrgicas y por el desempeño fiel del ministerio sagrado de enseñar, siguiendo a Cristo, Cabeza y Pastor, movidos por el bien de las almas.
Durante la santa misa, monseñor Rueda, exhortó a los sacerdotes a “permitir que el Espíritu Santo nos oriente, guie y fortalezca (…) redescubriendo la Buena Nueva de un Dios cercano”.
“La Iglesia, pueblo de Dios, se hace camino de acuerdo al querer del Padre…Deber ser un lugar de misericordia”, agregó.
Finalmente, pidió a la comunidad orar por sus sacerdotes.
Oración por la santa Iglesia y los sacerdotes
(Santa Faustina Kowalska)
Oh Jesús mío, te ruego por toda la Iglesia:
concédele el amor y la luz de tu Espíritu
y da poder a las palabras de los sacerdotes
para que los corazones endurecidos
se ablanden y vuelvan a ti, Señor.
Señor, danos sacerdotes santos;
Tú mismo consérvalos en la santidad.
Oh Divino y Sumo Sacerdote,
que el poder de tu misericordia
los acompañe en todas partes y los proteja
de las trampas y asechanzas del demonio,
que están siendo tendidas incesantemente
para las almas de los sacerdotes.
Que el poder de tu misericordia,
oh Señor, destruya y haga fracasar
lo que pueda empañar la santidad de los sacerdotes,
ya que tú lo puedes todo.
Oh mi amadísimo Jesús,
te ruego por el triunfo de la Iglesia,
por la bendición para el santo padre y todo el clero,
por la gracia de la conversión de los pecadores
empedernidos.
Te pido, Jesús, una bendición especial y
luz para los sacerdotes,
ante los cuales me confesaré durante toda mi vida.
A continuación, video sobre sentido de la Misa Crismal y renovación de promesas sacerdotales
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