Mis manos tienen las huellas del amor
Después del “quédate con nosotros”, Jesús se encuentra con la comunidad de sus discípulos. El saludo es revelador y será el derrotero de los primeros discípulos: Paz a ustedes. Es el primer don.
Esa Paz del Señor disipa las dudas y apaga los miedos de los discípulos. Cuando se encuentra esa paz se encuentra la vida.
Aunque el amor al estilo de Jesús tiene la cruz y el sufrimiento, al final están sus brazos abiertos, están sus manos heridas que tocan y acarician y sanan.
Todas las comunidades cristianas deben vivir el ritmo de Pascua: es decir, vivir al ritmo de la vida de Jesús.
Hay tres momentos en la vida de Jesús:
Jesús padecerá. Así puede conocer los padecimientos del pueblo. Así comparte los dolores y angustias de su pueblo.
Jesús es Resucitado. Sin embargo eso fue tratar de ocultar el sol.
La conversión de sus discípulos: se proclamará su vida, su resurrección.
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