La felicidad de Herlinda

Dentro del marco de las actividades del Gran Giro del Plan E de evangelización de la arquidiócesis de Bogotá, realizamos en días pasados una visita al hogar para…
Cuando llegamos nos acercamos a los ancianitos para saludarlos y entregarles los kits de aseo, pero una de las ancianitas llamó mi atención, su nombre Herlinda, así simplemente Herlinda, ella recibió el kit con una sonrisa, pero no lo abrió, yo pensando que sus manos no le permitían abrirlo, lo destape y empecé a explicarle producto por producto lo que traía pero ella estaba más interesada en contarme, que había una señora en el hogar que tenía mi nombre, me contó que ella lleva 15 años en el hogar y cuando le dije que era mucho tiempo, me contó que había personas que llevaban más tiempo y me mostró que personas eran, me permitió que le tomara fotos y me preguntaba muchas cosas, solo fuimos interrumpidas por otros ancianitos que como muestra de agradecimiento cantaron canciones para nosotros y entonces descubrí que en medio de todo un mundo en el que todos nos quejamos de soledad, de indiferencia el compartir solo unos pocos minutos con personas como estos ancianitos les proporcionan a ellos una gran felicidad y a nosotros nos llenan de motivos para continuar nuestra labor en la iglesia.
No siempre resulta fácil entender el paradigma de evangelización en teoría, pero en la práctica es importante darnos cuenta que ir a un lugar como estos, salir de nuestra zona de confort, acercarse a ellos y hablar con ellos puede hacer una gran diferencia para todos, es verdaderamente llenar de “luz y sal” nuestras vida.
Fuente Disminuir
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