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El cielo en la tierra

22 de junio de 2025
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En el relato que hace San Lucas, Jesús realiza un gesto profético de lo que ha sido toda su vida y de lo que está a punto de acontecer con su muerte; un pan que se comparte, una existencia que se entrega por todos. Ese es el misterio de la encarnación, esa es la historia de la salvación: historia de entrega y de comunión. La multiplicación de los panes es un relato lleno de simbolismo eucarístico. Un relato evangélico con una profunda enseñanza.

El pan partido es profecía de su muerte y es símbolo que recoge todo lo que Jesús ha hecho: compartir con la gente su pan, su vida, su fe en el Reinado del Padre.

En la última cena comparte su Cuerpo/Pan para la vida del mundo y su Sangre derramada será el sello de la “Alianza Nueva” que constituye el Nuevo Pueblo de Dios. Por eso la eucaristía es celebración y expresión manifiesta de lo que debe ser el nuevo pueblo de Dios, la comunidad cristiana. Es memorial de Jesús si es celebración del compartir entre hermanos: si sabemos responder a la invitación de Jesús: “Dadles vosotros de comer”…

La última Cena es celebrada ayer y hoy en comunidad por la asamblea de los bautizados hasta que Él vuelva. Recibe diversos nombres: fracción del pan, cena del Señor, santa misa, eucaristía, es decir, acción de gracias, al Padre. (eucharistein, eulogein), en griego.

Memorial del sacrificio de Cristo, pasión, muerte y resurrección. Actualiza el único sacrificio de Cristo. Hace presente el sacrificio de la cruz porque es su memorial y aplica su fruto. La esencia de la eucaristía es ser el mismo sacrificio de Cristo en la Cruz, actualizado y renovado en el santo sacrifico de la misa.

Es Sacramento. Cristo está realmente presente, comemos el pan y el vino convertidos en su Cuerpo y en su Sangre. Es comunión, pan de los ángeles, pan del cielo, medicina de inmortalidad.

Es Asamblea Eucarística: Es celebración de la asamblea de los fieles, celebración de toda la Iglesia. Un acto de acción de gracias de toda la comunidad eclesial, no de una persona, ni de una familia, ni siquiera de quien la preside.

Entre nosotros se usa un lenguaje el cual deberíamos corregir: Asistir, ir a, pagar una misa, mandar a decir… para celebrar la vida de…

La Misa no es simplemente un precepto, y menos una devoción particular o simple costumbre piadosa de personas mayores. Es vivir el misterio del amor de Dios: Es una celebración, es una fiesta. Es celebración comunitaria de nuestra fe en el sacrifico de la cruz y en la presencia real de Jesús en la eucaristía. Es reunirse con otros hermanos en la fe para vivir el cielo en la tierra. Es hacer lo que hizo Jesús, es hacerlo en memoria suya como Él nos lo pidió: comer su Cuerpo y beber su Sangre para no morir para siempre.

Participar en ella significa ofrecerse como víctima junto la víctima que es Cristo, pero debe hacerse plena, consciente y fructuosamente. Sentirnos celebrantes.

Sin fe no hay eucaristía. La fe es la actitud que da vida y sentido a todo lo que decimos y hacemos.

La palabra misa, viene del latín: el verbo mittere, y el sustantivo missio: los que la celebramos tenemos que reconocernos como enviados a predicar y a vivir el amor de Dios por nosotros..

La fiesta del Corpus Christi fue instituida por el Papa Urbano IV en 1264.

 

Padre Carlos Marín G.

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