La conversión nace de la escucha
En el Génesis encontramos al personaje más importante del Antiguo Testamento, Abrahán. Quien está en camino, porque el Señor lo había invitado de lo que más amaba, su hijo. En esa disposición de Abrahán a la escucha, oye en Moria la voz de Dios que le dice que no atente contra su hijo. Así hay que estar dispuesto de manera permanente a escuchar la voz del Señor, del Dios vivo y verdadero que defiende la vida.
El salmo invita a caminar en la presencia del Señor y la Carta a los romanos recuerda que el Señor siempre está con nosotros. Dos reflexiones importantes para este tiempo de Cuaresma.
Es el momento de “subir” con Jesús, como lo hicieran Santiago, Juan y Pedro y vivir una experiencia Trinitaria al ser cubiertos por la nube, por el Espíritu del amor de Dios.
Al descender debemos estar dispuestos a escuchar a los demás, a escuchar su sufrimiento y su dolor, a hacernos verdaderamente hermanos en la comunicación: hablar y escuchar como familia.
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