Inaugurado el Centro Integral de Pastoral Social "María Madre de la Esperanza" en Compostela Alta
En un acto lleno de esperanza y fraternidad, se realizó la inauguración el pasado 30 de diciembre de 2024 del Centro Integral de Pastoral Social "María Madre de la Esperanza" en el sector de Compostela Alta, en la localidad de Usme al sur de Bogotá, liderado por la Vicaría Episcopal de San Pablo y la parroquia del Señor del Monte de Galilea. Este espacio beneficiará a 1.050 familias de la zona, buscando ser una luz de esperanza para las comunidades más vulnerables, promoviendo el desarrollo humano integral y la dignidad de las personas como hijos de Dios.
Monseñor Ricardo Pulido, Vicario Episcopal para el Desarrollo Humano Integral, expresó durante la ceremonia: "Estamos aquí en Compostela Alta con el señor cardenal inaugurando el Centro Integral de Pastoral Social María Madre de la Esperanza con la Vicaría de San Pablo, con la parroquia, con la diaconía para el desarrollo humano integral y con muchas personas que nos han colaborado. Este lugar quiere ser una luz de esperanza en este sector".
El señor cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá bendijo las instalaciones del Centro Integral de Pastoral Social y destacó la importancia de este proyecto al afirmar: "Aquí lo que hay es un tejido humano de fraternidad, de ayuda, de solidaridad, de amor concreto. Este Centro Integral de Pastoral Social, sin duda, es una semilla de esperanza que transforma y que trae la paz que solo Cristo nos puede dar. Él es nuestra paz. Felicitaciones a todos los que han hecho posible esta obra".
Monseñor Mauricio Urbina, Vicario episcopal de San Pablo también presente en la inauguración, resaltó: "Me siento muy contento y muy esperanzado. Este es un signo de esperanza que quisimos realizar junto con la diaconía del desarrollo humano integral y, obviamente, con la dirección del padre Juan Carlos Matiz, desde la parroquia del Señor del Monte de Galilea, como un signo de apertura del Jubileo de la Esperanza. Es un signo de esperanza en medio de una población muy necesitada de la ciudad que requiere máxima atención de parte de la iglesia y de la comunidad en general. Este centro, inaugurado por el señor cardenal el 30 de diciembre, será un nuevo comienzo para estas comunidades de Compostela Alta, para que ellas se sientan acogidas, queridas y puedan encontrarse con el amor de Dios y de los hermanos".
Por su parte, el padre Juan Carlos Matiz compartió su experiencia al liderar esta iniciativa: "Estoy muy agradecido con el Señor, con usted señor cardenal, con monseñor Ricardo, con monseñor Mauricio, con toda la comunidad aquí reunida. Este centro, aunque todavía faltan algunos detalles, es realmente una obra del amor y la misericordia del Señor. Hace dos años, cuando llegué a esta parroquia, quise subir a este lugar y las palabras que me dijeron fueron: 'Padre, usted está loco'. Sin embargo, creí en la gente de este sector, que es gente normal, necesitada también de Dios. Con un corazón agradecido en el Señor, puedo decir que esta obra es un milagro palpable del actuar de Dios en medio de nosotros. Invertir en el ser humano, en los pobres de nuestra comunidad, es la mejor inversión, porque genera intereses en el cielo y transforma vidas aquí en la tierra".
El centro ofrecerá una amplia gama de servicios pastorales y sociales, incluyendo:
- Liturgia, catequesis y formación en la fe.
- Trabajo pastoral y psicosocial con la niñez y juventud.
- Acompañamiento espiritual y formativo a mujeres cabeza de hogar, fomentando su empoderamiento y emprendimiento.
- Un centro de escucha para la reconciliación y la paz en el ámbito familiar.
- Ropero y Banco de Alimentos para personas mayores y familias en situación de inseguridad alimentaria.
Horarios y actividades:
- Talleres de reconocimiento de habilidades y fortalecimiento personal.
- Sesiones de formación espiritual y emprendimiento.
- Actividades programadas los miércoles y viernes de 8:30 a 11:00 a.m.
Este proyecto, fruto del trabajo conjunto de la comunidad, la iglesia y múltiples colaboradores, se posiciona como un faro de esperanza y transformación para las familias de Compostela Alta. Con esta obra, se reafirma el compromiso de la Iglesia en dignificar la vida humana y promover un desarrollo integral basado en el amor y la solidaridad.
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