Hoy más que nunca: oigamos su voz
El señor arzobispo Luis José Rueda, en la homilía de este domingo, IV del tiempo ordinario, invita a conocer y aceptar la autoridad del Señor, que sana y salva
“Estamos leyendo el evangelio de Marcos y a medida que penetramos en él, también vamos conociendo más la vida de Jesús.
En este Evangelio empezamos a encontrar cómo Jesús inicia su misión, inicia el anuncio de su Evangelio; encontramos tres signos milagrosos de Jesús en este capítulo primero ¿Cuáles son esos tres milagros? el primero, el de hoy es que en una sinagoga libera a un poseso; luego ya no la sinagoga sino en un lugar: en una casa sana a una mujer; a la suegra de Pedro. Luego se van a encontrar en el escenario público, es decir en la calle, en un lugar abierto la sanación de un leproso.
Un poseso, una mujer enferma y un leproso.
La sinagoga, una casa de familia y el escenario abierto al público: es que esa es la maravillosa misión de Jesús de Nazaret, convertir todos los lugares donde Él está en lugares de sanación y salvación.
Su parroquia es un lugar de sanación; su hogar es lugar de sanación; su oficina, su trabajo es un lugar de sanación; donde usted descansa… todos son lugares de sanación en el nombre de Jesús.
Esta escena del día de hoy nos ubica en una aldea de Galilea, en Cafarnaún el sábado, que era el día especial del pueblo judío para alabanza, para la oración, para la enseñanza de la Torah. Jesús entra en la sinagoga, entra con sus discípulos y empieza a enseñar… la reacción es maravillosa, quienes están oyendo se asombran están estupefactos, están maravillados porque están escuchando una forma de predicar distinta, una enseñanza nueva dicen ellos.
¿En qué consiste la enseñanza nueva en la sinagoga de Cafarnaún? podemos resumir en tres características: Tendremos que decir que la enseñanza nueva de Jesús es Él mismo, su vida su misión, sus actitudes. Son todos los momentos de Jesús, de su vida.
- Primero, Jesús enseña con el poder del Espíritu Santo
- Segundo, Jesús enseña con santidad. La santidad acompañada de autoridad.
- Tercero, Jesús enseña de una manera profunda que entra en el corazón del ser humano para sanarlo
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