“El diácono permanente es un permanente buscador de Jesús crucificado y resucitado”
Afirmó monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente del episcopado colombiano, durante la eucaristía en la que fueron ordenados diez nuevos diáconos permanentes para el servicio en esta iglesia particular: John Abraham Ardila García, Joaquín Antonio Berrio Murillo, Ovidio Arnaldo Díaz González, José Gregorio Gil Gómez, Carlos Alberto González Restrepo, José Alberto Jaimes Morales, Sergio Lozano Monroy, William Enrique Martínez Rendón, Luis Alfonso Mendoza Muñoz, John Álvaro Soto Quintero.
Tras agradecer la respuesta generosa de estos hermanos, a sus familias, al equipo de formadores de la Escuela Diaconal, el prelado insistió en el llamado a ser permanentes buscadores de Dios en nuestra vida, “en los momentos de cruz y en los momentos de resurrección”.
“El diacono permanente es un buscador de Dios para luego comunicarlo, compartirlo, para ponerlo al servicio de los demás”, precisó.
Retomando las lecturas del día, el arzobispo profundizó en las preguntas: ¿Qué buscan? y Maestro, ¿Dónde vives?
Refiriéndose al pasaje bíblico en el que dos discípulos de Juan El Bautista emprenden un seguimiento a Jesús, explicó que: “No se trata de abandonar el antiguo maestro, ni de trasladarse a otra escuela; es la misma escuela, es la escuela de Jesús, porque la escuela de Juan Bautista no es una escuela y una misión que termina con él – con Juan-, se trata ante todo de una continuidad. No abandonan a un maestro llamado Juan para seguir a otro maestro llamado Jesús. Desde que estaban con Juan ya pertenecían a Jesús”, advirtió, agregando que a ustedes – los diáconos – también los ha llamado “el que pasa por la cruz, el que desciende al sepulcro, el que resucita glorioso”.
Ante este grandioso misterio y amoroso llamado, “queridos hermanos que hoy se ordenan, sean permanentes buscadores de Jesús … Él los llamó para estar con Él y para enviarlos a predicar”.
“Si el diácono quiere ser enviado, si el diácono quiere transparentar la vida de Cristo Jesús en su familia y en las comunidades, primero está llamado a estar con Él, a vivir todos los días de su vida el encuentro personal con el resucitado. Después de encontrarse con Jesús, ellos saldrán a dar testimonio, y lo hacen de una manera gozosa, de una manera espontánea, de una manera cercana”, afirmó.
“Si encuentran al Mesías, los diáconos son ungidos por ese Mesías, con la gracia del Espíritu Santo, para llevar la buena nueva de la salvación a los pobres”.
En esta línea, insistió, “es muy importante que los diáconos permanentes sean servidores de las familias. La familia es un lugar del encuentro con Jesús, pero muchos hogares pueden estar volviendo la espalda a Jesús viviendo en un desierto y en una oscuridad. Qué bueno que el diácono permanente sea un promotor de las familias; un acompañante para que las familias de nuestro tiempo, especialmente, las familias jóvenes, recién constituidas, encuentren también al Maestro, porque esas familias también le están diciendo al Señor: ¿Dónde vives?”.
La pregunta ¿Dónde vives?, continuó el prelado, Jesús también la responde hoy a nosotros. “Jesús vive en la Eucaristía, Jesús vive en su Palabra, por eso es importante que nosotros hoy estemos aquí con Él, porque aquí vive Él y desde aquí se prolonga su existencia. No se agota cuando decimos pueden ir en paz, al terminar la eucaristía. Esa eucaristía se vuelve vida… nos va llevando a todos los lugares. La eucaristía se prolonga en nuestras manos, en nuestro testimonio, en nuestra forma de ser”.
“La presencia real de Jesús en la Eucaristía nos da la fortaleza y la certeza de sabernos acompañados por Él… El diácono encontrará a Jesús en el pan de vida, lo encontrará en la Palabra proclamada dentro de la asamblea, con la comunidad eclesial”.
“Palabra y presencia eucarística son dos lugares privilegiados para el encuentro con Jesús. Y Él nos responde ¡aquí estoy para estar contigo!, para caminar contigo, para ayudarte en todos los momentos, para ser tu compañero de camino”.
Finalmente, les invitó a unirse a la propuesta de la iglesia arquidiocesana, “que busca servir al desarrollo humano integral”, con acciones concretas, desde las distintas estructuras e instituciones como el Banco de Alimentos.
“Jesús vive en su pueblo… <<Todo lo que hacen con uno de estos pequeños, lo han hecho conmigo>> Él vive especialmente en los pobres.
“El servidor bueno y fiel encuentra a Jesús en el hambriento, en el sediento en el migrante, en el desnudo, en el enfermo, en el privado de la libertad, en las distintas comunidades…”.
La santa misa, celebrada en la Basílica Metropolitana de Bogotá - Catedral Primada de Colombia, el 17 de junio, fiesta del Inmaculado Corazón de María, fue acompañada por formadores de la Escuela Diaconal de la Arquidiócesis de Bogotá, sacerdotes, religiosos y familias de estos servidores en la caridad, la liturgia y la Palabra.
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