El Arzobispo de Bogotá entrega su palio a los mendigos
La riqueza simbólica de este símbolo que recibió de manos del nuncio apostólico en Colombia. Mientras en Roma el Papa Francisco bendecía los palios para los nuevos arzobispos, durante la fiesta de los santos Pedro y Pablo, en Bogotá, Monseñor Luis José Rueda Aparicio, salía a las calles a compartir con los mendigos la riqueza simbólica del palio que recibió de manos del nuncio apostólico en Colombia.
Hecho sin precedentes
Se trata de un hecho sin precedentes en la Arquidiócesis primada, puesto que el pastor metropolitano celebró la recepción de este símbolo, saliendo a las periferias de los marginados a abrazar, dialogar y dar pan a los mendigos que duermen en las esquinas y bajo los puentes de esta ciudad latinoamericana. Hace apenas un año que el nuevo pastor está ejerciendo su ministerio con diversidad de signos, al mejor estilo del Evangelio, en coherencia con el perfil de los obispos que quiere el Papa Francisco.
El palio y su símbolo
Tras recibir el palio de manos de monseñor Luis Mariano Montemayor, nuncio apostólico en Colombia, el pastor de los bogotanos, se volcó a los tugurios de la ciudad, como ya lo ha hecho en otras ocasiones, para señalar con hechos lo que en verdad simboliza este ornamento propio del Papa y de los arzobispos metropolitanos: la lana, del que está hecho el palio, simboliza las ovejas, y las cruces de color negro, que el arzobispo lleva sobre los hombros y sobre el cuello a manera de collar, simbolizan que él las carga sobre sus hombros. Monseñor Rueda Aparicio al celebrar al arzobispo dijo:
“El Pastor debe tener olor a oveja, que no sólo guía a su rebaño, sino que va en búsqueda de la oveja perdida, la pone en sus hombros y la lleva de vuelta a casa con un cariño especial”
Imitadores de Jesús
El palio tiene la forma de un anillo con dos lenguas para manifestar que el arzobispo por un lado está unido al Papa y, por otro, con todos los obispos. Y esa unidad con Francisco la manifiesta realizando los mismos gestos del este Papa “en salida”. Además, quiere invitar a los demás obispos a imitar el riesgo de Pedro y Pablo, de quienes, Francisco nos recordaba que "dieron este paso y se convirtieron en testigos. No eran admiradores, sino imitadores de Jesús. No eran espectadores, sino protagonistas del Evangelio. No creyeron de palabra, sino con obras".
Cientos de mendigos de la ciudad recibieron la cálida cercanía de su pastor, quien, en otra ocasión había bendecido la escultura “Jesús habitante de la calle”, para abrir los ojos y hacer despertar a los demás del letargo de la indiferencia.
Si bien el Arzobispo respetó las medidas de salubridad y distanciamiento social, se lanzó a las calles a correr el riesgo existencial de entregarse como Cristo a sus ovejas, en coherencia con las palabras que pronunció en su homilía de recepción del palio:
“Cristo es el Buen Pastor que conoce sus ovejas, que les habla, que las busca y que está dispuesto por amor, a entregar la vida por la salvación de su rebaño y que no quiere que ninguno se pierda”
Una Iglesia más fiel al Evangelio
A propósito de esto, el Papa afirmó en una llamada a la acción: "¡Cuántas veces decimos que nos gustaría una Iglesia más fiel al Evangelio, más cercana al pueblo, más profética y misionera, pero luego, en la práctica, no hacemos nada!". De manera que monseñor Rueda Aparicio está rompiendo ese “miedo” de salir a la calle, al encuentro, que tantas veces encierra a los prelados en sus palacios episcopales.
Rompiendo estereotipos porque la fe es acción
Y este arzobispo no sólo rompe estereotipos, sino que ha creado todo un movimiento llamado “Porque la fe es acción”, cuyo propósito es el de movilizar a todos los fieles de la Arquidiócesis para aportar desde sus riquezas y pobrezas, a las obras solidarias que tiene la Iglesia bogotana. Porque como dijo Francisco el 29 de junio:
“Pedro y Pablo no creyeron de palabra, sino con obras, Pedro no hablaba de misión, era pescador de hombres, Pablo no escribió libros cultos, sino cartas vividas, mientras viajaba y testificaba”
Planteamiento del Papa
En la fiesta de las columnas de la Iglesia Francisco planteó: "¿Quién soy yo para ti, que has abrazado la fe pero todavía tienes miedo de remar mar adentro en mi Palabra? ¿Quién soy yo para ti, que eres cristiano desde hace mucho tiempo, pero, cansado por la costumbre, has perdido tu primer amor?
La respuesta de monseñor Rueda, en su homilía dejó claro que los obispos de la iglesia pastoreada por Cristo son su pueblo, son rebaño, son corderos y a la vez tienen la tarea que se les ha confiado de pastorear al pueblo de Dios. Para que se cumpla lo que el Señor dice en la oración sacerdotal, que todos sean uno para que el mundo crea que somos signo e instrumento de la comunión de la humanidad entre sí y con Dios.
Dios eligió lo débil del mundo
Monseñor Luis José Rueda es un hombre de figura pequeña, y como Pablo ha comprendido que “Dios eligió lo débil del mundo para confundir a los fuertes”, como afirmó el Papa en esa solemnidad, demostrando que todo se puede “en Aquel que nos fortalece, que nada puede separarnos de su amor”.
La pandemia y sus problemáticas
La pandemia, las problemáticas sociales y a veces, el letargo de algunos clérigos, no han impedido que monseñor Rueda demuestre con valentía su fortaleza pastoral, pues, como dijo Francisco de san Pedro:
“Estamos llamados a liberarnos de la sensación de derrota ante nuestra pesca, a veces infructuosa; a liberarnos del miedo que nos inmoviliza y nos hace temerosos, encerrándonos en nuestras seguridades y quitándonos la valentía de la profecía”
Y mientras algunos quisieran incendiar el país para protestar por décadas de injusticia social, el arzobispo de Bogotá prefiere el camino solidario del Evangelio. Además, en cuanto a su obra “Porque la fe es acción”, la Arquidiócesis realizará una maratón para recaudar fondos para diversas obras que necesitan asistencia. El evento se llevará a cabo los días 6 y 7 de agosto, aniversario de la fundación de Bogotá, y será transmitido por el canal “Tele amiga” y otros medios eclesiales.
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