El Miércoles de Ceniza es una de las fechas más importantes para todos los católicos en el mundo, debido a que es el primer día de la Cuaresma, es decir, de los 40 días en los que la Iglesia llama a los fieles a la conversión y a prepararse verdaderamente para vivir los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en la Semana Santa.
Es una celebración contenida en el Misal Romano. En este se explica que en la misa, se bendice e impone en la frente de los fieles la ceniza hecha de las palmas bendecidas en el Domingo de Ramos del año anterior.
En todas las parroquias de la Arquidiócesis de Bogotá, se vivió de manera especial, gracias a que este año se impuso la ceniza de nuevo en la frente de los fieles y no como en los anteriores años, ya que, debido a la pandemia y las limitaciones y condiciones de salubridad necesarias para proteger la vida y el bien de la comunidad, se impuso el rito de la ceniza de diferente manera.
Durante todo el día, miles de católicos se acercaron para la imposición de la ceniza. Como en la Catedral Primada de Bogotá, donde al medio día monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá acompañado por los dos obispos auxiliares y sus vicarios episcopales, celebraron la eucaristía y posteriormente impusieron la ceniza como signo de conversión y renovación de nuestra fe.
En su homilía, monseñor Luis José Rueda destacó la verdadera conversión en nuestro caminar “Conversión es dejarse mover por el Espíritu Santo, la conversión es un don hay que pedirlo y suplicarlo, solos no somos capaces de vivir un autentico camino de conversión, pero si nos dejamos mover por el espíritu que obra en nosotros entonces lograremos dar cuatro pasos: El primero volver a Dios de todo corazón, el segundo dejándonos mover por el Espíritu Santo nos apartamos del pecado. Tercero acoger el perdón que Dios nos ofrece y el cuarto paso es caminar decididamente y con alegría hacía la santificación”.
A continuación la homilía completa de monseñor Luis José Rueda:
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