65 años de felicidad sirviendo a la Iglesia en Bogotá

Está cumpliendo 65 de ejercicio sacerdotal y se siente feliz, satisfecho y pleno por el camino recorrido

Ama a la Iglesia arquidiocesana y toda su riqueza. Se siente agradecido con sus superiores, con sus formadores y con los cardenales que ha conocido y con los que ha compartido. Siempre fue obediente ante las labores asignadas y lugares a donde fue nombrado.

Durante todos estos años de pastoreo estuvo como párroco en muchas iglesias, entre ellas la de las Cruces, las Nieves, la Estrada, San Fernando, el Siete de Agosto, donde duró 20 años de párroco, y de donde tiene inmensos y gratos recuerdos.

En la Inmaculada Concepción, del Chicó, estuvo16 años, fue capellán de la Iglesia San Juan de Dios, también pasó por Santa Bibiana. En los últimos 12 años ha acompañado las eucaristías de las 7:30 de la mañana en la Capilla del Sagrario de Cristo Rey, al norte de la ciudad.

Tiene una mirada tranquila, habla de manera pausada y con humor fino, se siente feliz y con el deber cumplido. “Aunque siempre uno queda debiendo, el Señor ha sido especialmente generoso y bueno conmigo, sin embargo, uno nunca está a paz y salvo”, asevera monseñor Vargas.

La felicidad me mantiene vivo

Proveniente de una familia creyente y muy unida, sus padres lo ayudaron a discernir su vocación, a cuidarla, lo apoyaron en esta decisión y por supuesto en su formación.  Su familia estuvo conformada por cuatro hermanas y él. Una de ellas es religiosa, de la comunidad del Sagrado Corazón; dos hermanas ya fallecieron.

La generosidad y la alegría han marcado su existencia. Sintió el llamado a la vocación del sacerdocio siendo muy joven, estando en el colegio, a la edad de 13 años, se sintió feliz y sigue siendo feliz.

Lo felicitamos por estos 65 años al servicio de la Iglesia en la arquidiócesis de Bogotá y agradecemos a Dios por este maravilloso pastor.

A continuación, los invitamos a escuchar algunas palabras de monseñor Andrés Vargas Martínez: