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Invitado especial

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La soledad en la selva me ayudó a encontrar a Dios

19 de noviembre de 2024
Imagen: OAC
Han pasado 22 años del secuestro de Clara Leticia Rojas González, abogada colombiana

Retenida por las Farc en el año 2002 y liberada en el año 2008. Fueron 6 años, 4 meses y 9 días de cautiverio en la selva, en poder de las Farc, y que logró sobrellevar Clara Rojas, gracias a su fe en Dios y a las herramientas espirituales sembradas desde pequeña en su crianza en un hogar católico y fundamentadas al realizar sus estudios en el colegio Hijas de Cristo Rey Bogotá.

Durante el cautiverio tuvo un hijo a quien le colocó por nombre Emmanuel, que significa ( Dios con nosotros) del que fue separada por más de seis meses y con quien solo se reunió tras ser liberada por la guerrilla el 10 de enero de 2008.

Clamar y orar a Dios, leer la Biblia y rezar el Santo Rosario, lograron que este tiempo de cautiverio tuviera signos de esperanza… 

Pero Clara no estuvo sola, Ingrid Betancourt Pulecio, su compañera de secuestro, compartió con ella una experiencia espiritual que marcó sus vidas, al llegar a sus manos una Biblia. Fue así, como se propusieron leerla juntas y lograron terminarla en un mes. Cada día, realizaban su lectura en voz alta de 4 a 6 horas, leían el Antiguo y Nuevo testamento.

Este ejercicio espiritual afianzó su fe. Y, les dio sentido a este flagelo del secuestro que estaban viviendo. También, luego de las lecturas, se dedicaban a reflexionar entorno de la Palabra de Dios, a meditar lo leído y por supuesto a orar.

“Cuando llegó esta Biblia fue un tiempo muy importante, la perdí cuando en algún momento me tocó salir corriendo en los operativos militares. Nos dimos a la tarea de leerla toda, fue un ejercicio constructivo y conocer a Jesús en medio de las parábolas, fue muy positivo, una experiencia especial en mi vida que me ayudó enormemente a fortalecer mi fe”. Afirma Clara Rojas.

El silencio y la necesidad de clamar a Dios fue su paso para ese encuentro personal con Dios y con la Virgen María

El 12 de diciembre cuando se celebra  la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona y reina de todos los pueblos de habla hispana y del continente americano. También celebra esta fiesta Clara, ya que es su advocación, porque el rezo del santo Rosario fue su prioridad, durante el cautiverio. Tejió con hilos de diferentes colores rosarios e inició su rezo una vez al mes, luego se hizo una necesidad del corazón; y lo empezó a rezar rezaba todos los días.

“También el Santo Rosario, los bordamos con hilos y cruces, los tejíamos nosotras mismas, como pulseras, los misterios, y lo rezábamos y pedíamos por nuestras familias, por el reencuentro y nos escuchaban rezar el rosario nuestros secuestradores, pero respetaban esto. Siempre me sentí acompañada y todo lo que me ocurrió fue un milagro junto a mi hijo”. Enfatiza. 

La esperanza, el perdón y el respeto a la vida fueron virtudes fundamentales que Clara Rojas luchó por mantener durante los seis años que estuvo secuestrada en la selva colombiana.

Al momento de ser liberada realizó actividades humanitarias para buscar la libertad de otros rehenes. En 2009, publicó su libro Cautiva, testimonio de un secuestró y en 2011 un segundo libro, editorial norma, “Resiliencia personal a prueba de fuego”, en 2012, Cartas a Emmanuel. 

De 2012 a 2013 fue directora ejecutiva de la fundación país libre. En 2014, salió elegida por la circunscripción de Bogotá a la Cámara de Representantes hasta el periodo legislativo de 2018. Durante esta etapa ocupa la presidencia de la comisión de Derechos Humanos de 2015 a 2016. Una vez terminada la legislatura, volvió a la academia como docente universitaria y speaker en distintos foros sobre temas de resiliencia y de país. 

“El perdón es importante no sólo para las personas que te hacen daño y que tú perdonas sino para ti mismo. Uno así no tiene una carga tan pesada de resentimiento y de odio. El perdón es un acto liberador que te permite vivir la vida y encontrar el sentido de la libertad de manera más tranquila”. Concluye.

Y, así es la vida de Clara Leticia Rojas González, después de 22 años; llena de paz, logró sanar su corazón, abrirlo a Dios y perdonar. Vea a continuación entrevista completa con nuestra invitada especial:

Oficina Arquidiocesana de Comunicaciones
"Clara Rojas", testimonio vivo de fe y de esperanza, Bogotá 2024
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