¿Quién se cree dueño de la vida de Alfie Evans?

Hay enfermedades catastróficas, pero hay situaciones que las empeoran hasta límites demenciales. ¿Cómo prohibir a unos padres buscar preservar, a toda costa, la vida de…
Ya van dos, Charlie Gard y Alfie Evans. Una misma cultura y mismos tribunales, aunque sean jueces diferentes. Padres jovencísimos luchando por la vida de sus niños, togados y médicos jugando a Dios. Que lo dejen morir, que es costoso para el sistema, que morirá tan pronto lo desconecten…
Pero hay un hospital que le ofrece otra oportunidad, y nadie entiende porque no lo dejan salir a recibir esa asistencia.
La presidenta del pediátrico Bambino Gesù, “el hospital del Papa”, está desolada. Mariella Enoc es una mujer fuerte pero agotada, pues lleva una semana batallando en vano para salvar a Alfie Evans, y le visitó el lunes en Liverpool, donde los directivos del hospital Alder Hey se negaron incluso a hablar con ella. Ante una situación injusta y cruel, el sufrimiento se nota en su voz: “En estos momentos, siento que debemos aceptar lo que no queremos aceptar. Hay una ley que es más fuerte que todos nosotros. Y no nos queda más que esperar la muerte del niño. Sospecho que responda a una batalla ideológica y que la decisión no responde estrictamente a motivos jurídicos”.
El juez británico Sir Anthony Hayden tras decretar de nuevo -y tratando de que la decisión sea definitiva- que los padres de Alfie Evans no tienen permiso para sacar a su hijo del hospital que ha decidido que debe morir, el Alder Hey de Liverpool, de la red pública británica (NHS).
Si el hospital no quiere seguir tratando al pequeño Alfie, ¿por qué no dejar al enfermo en otras manos igualmente cualificadas, como las del hospital Bambino Gesù de Roma, que se ofrece a tratarlo? Incluso el Papa y el Gobierno italiano se han movilizado a su favor, el segundo llegando a conceder la nacionalidad italiana al niño y poniendo a su disposición un avión militar para el traslado.
¿Quién es este juez tan empeñado en que Alfie muera? Sir John Paul Hayden, nombrado por la Reina Isabel como Juez del Tribunal Superior del Reino Unido adscrito a la División de Familia, pertenece a una de las incontables agrupaciones del lobby gay, concretamente BLAAGG, que agrupa a los activistas británicos del sector jurídico. También es coautor de un manual sobre la situación jurídica de las parejas homosexuales en Gran Bretaña en relación a la adopción de niños, ‘Children and Same Sex Families: A Legal Handbook’.
¿Tiene alguna relevancia la pertenencia del juez al ‘lobby gay’ en la resolución de casos como el de Alfie Evans? ¿No es como si fuera de la sociedad local de jugadores de ajedrez o el club de pescadores?
No. Los grupos de presión LGTBI no son meras asociaciones de personas con orientaciones sexuales alternativas, sino que representan una ideología muy concreta y utilizan todos los medios a su alcance para imponer políticas encaminadas a destruir los modelos tradicionales de familia y han mostrado una especial inquina a la visión cristiana de la vida.
De hecho, la eutanasia que el juez intenta, con la excusa de evitar el ‘encarnizamiento terapéutico, imponer a toda costa al niño de Tom y Kate Evans, es una reivindicación habitual en la ideología que defienden estos grupos.
En cuanto al propio hospital, al que se otorga implícitamente derecho de vida o muerte sobre un niño contra la voluntad de sus padres, el Alder Hey, ya fue objeto de un gran escándalo relacionado con la extracción ilegal de órganos a niños muertos, sin conocimiento de sus padres.
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