Que la violencia no intimide nuestro anhelo de justicia para el país

Expresan especial cercanía a quienes han sido víctimas de hechos de violencia y aseguran que la inmensa mayoría del país anhela justicia y medidas eficaces que contribuyan a superar las brechas de desigualdad.
“Llamamos a todos a contribuir, desde sus propios espacios familiares, laborales y sociales, con una reflexión que nos permita tomar suficiente distancia de la irracional violencia y nos acerque a la amistad cívica”.
Es la exhortación de los obispos de Chile en una declaración tras las escenas de violencia que tuvieron lugar durante la masiva manifestación de este domingo 18 de octubre que congregó a decenas de miles de personas para conmemorar el primer aniversario de ola de protestas que tienen lugar en el país, durante las cuales fueron destruidas la Iglesia San Francisco de Borja y la Iglesia de la Asunción, una de las más antiguas de la capital.
En el comunicado, que lleva la firma de Santiago Silva Retamales, Obispo Castrense de Chile y Presidente de la Conferencia Episcopal chilena y de Fernando Ramos Pérez, Arzobispo de Puerto Montt, Secretario General, los prelados constatan que los hechos acaecidos en las últimas horas en la capital y otras ciudades del país, “demuestran que no hay límites para quienes exacerban la violencia”.
Delitos de odio
Por otra parte, la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) calificó como “delitos de odio” los ataques vandálicos ocurridos ayer en Chile contra las iglesias San Francisco de Borja y de la Asunción, y llamó al gobierno a garantizar la protección de los edificios religiosos.
“Pedimos al gobierno chileno que garantice la protección de los edificios religiosos contra delitos de odio de este tipo”, expresó el presidente ejecutivo de ACN, Thomas Heine-Geldern, en una declaración en la que recuerda que desde octubre de 2019 más de 57 templos y edificios religiosos han sido atacados en Chile.
Ayer, durante las manifestaciones por el primer año de las protestas sociales en Chile, grupos vandálicos atacaron ambos templos ubicados en el centro de Santiago. La iglesia de San Francisco de Borja, usada para los servicios religiosos de los Carabineros, fue atacada en la tarde y la iglesia de la Asunción fue incendiada durante la noche. La torre de esta última se derrumbó debido al fuego.
Los atacantes subieron a las redes sociales videos y fotos de los destrozos, mientras otros posaban con las imágenes religiosas destruidas.
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