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Ordenación de diáconos transitorios para la arquidiócesis de Bogotá

15 de junio de 2015
Ordenación de diáconos transitorios para la arquidiócesis de Bogotá

Estos once seminaristas fueron ordenados el pasado sábado 13 de junio, por el eminentísimo señor cardenal Rubén Salazar Gómez, como Diáconos Transitorios, con miras al…

La vocación es un don de Dios para su Iglesia. Ese don se discierne en medio de la comunidad. El diácono transitorio por la ordenación sacramental adquiere una identidad propia y está llamado a desempeñar el ministerio propio del orden del diaconado en las tres tareas de la misión: “La Palabra, la Liturgia y la Caridad”. 

Inicio de ceremonia

Con una catedral llena inició la ceremonia donde  familiares, amigos y conocidos de los que hasta ese momento eran seminaristas, para acompañarlos en uno de los momentos más significativos de su vida.

El ordenarse como diácono es recibir el primer grado del sacramento del orden sacerdotal. Es decir, para asistir al obispo y a los sacerdotes en la predicación de la Palabra de Dios, en la distribución de la comunión y en las obras de la caridad. Este sacramento los fortalece para que puedan desempeñar estas funciones que son esenciales en la misión de la Iglesia. 

Después de haber sido considerados dignos para este ministerio se hace una profesión de fe, donde cada uno declaró sus deseos de servir a Dios.

 

Uno a uno se acercaron ante el Señor Cardenal arrodillándose ante él y poniendo sus manos juntas, prometiendo respeto y obediencia al Obispo diocesano y a su superior legítimo. 

Como uno de los actos más significativos se pide a todos para que oren a Dios Padre para que derrame bondadosamente la gracia de su bendición sobre estos jóvenes que han llamado al orden de los diáconos. Entonces ellos se postran en tierra, dejando su vida y muriendo a su mundo entregando todo por Cristo.

 

Luego cada uno pasó ante el Señor cardenal y se arrodilló ante él. Él impuso en silencio las manos sobre la cabeza de cada uno de estos seminaristas para decir la Plegaria de Ordenación. 

 Continuando con la ceremonia se vivió uno de los momentos más bellos donde los padrinos entregaron las vestiduras diaconales.  

Ya con las vestiduras diaconales, se acercaron  al Señor Cardenal  quién les hizo la entrega del libro de los Evangelios, diciendo: Recibe el Evangelio de Cristo, del cual has sido constituido mensajero; convierte en fe viva lo que lees, y lo que has hecho fe viva enséñalo, y cumple aquello que has enseñado.

 

 

Después, los nuevos diáconos, llenos de alegría, entregaron a los feligreses la comunión.

 

 

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