Los viajes del Papa

Esta semana el papa Francisco ha está viajando por países del “Lejano oriente”. Tailandia y Japón reciben a este ilustre visitante que lleva palabras de esperanza a la…
Encuentro con los jóvenes
Decenas de miles de jóvenes se agolparon, a última hora de la tarde -la noche se hizo de repente, como sucediera ayer en el Estadio Nacional- en la catedral de la Asunción. No cabían todos, por lo que se habilitaron pantallas gigantes. El Papa sintió, de nuevo, el afecto de la minoría católica, pero también de muchos ciudadanos, que ven en el Pontífice un signo de los tiempos, un hombre elegido para una misión.
Francisco no defraudó durante su encuentro con los jóvenes. En la homilía, lo dejó claro. “¡Salgamos al encuentro de Cristo el Señor que viene! ¡Démosle la bienvenida en medio nuestro con inmensa alegría y amor, como sólo ustedes jóvenes lo pueden hacer!”. Y hacerlo “con alegría”.
Encuentro ecuménico con líderes religiosos
El catolicismo es ciertamente minoritario en Tailandia, donde conviven más de una veintena de credos. Representantes de todos ellos (unos 18, según la nota oficial de la Santa Sede), entre líderes evangélicos, ortodoxos, budistas, musulmanes, sijhs, brahmanes y de otras religiones del continente, acogieron al Papa en el Auditorio de la Universidad de Chulalongkorn.
Antes del encuentro ecuménico, el Papa mantuvo su tradicional debate con los jesuitas de la zona. Uno total de 48 hermanos de la Compañía de Jesús, que departieron junto al Pontífice antes del almuerzo en la Nunciatura. Los católicos son apenas el 1% en un país con amplia mayoría budista.
Encuentro con los obispos
Después de encontrarse con la vida religiosa, el Papa se dirigió al santuario del beato Nicolás Boonkerd Kitbamrung, “que dedicó su vida a la evangelización y la catequesis” en Tailandia, Vietnam y Laos, y que acabó siendo mártir de la fe, para hablar a los obispos de Tailandia y de la FABC.
Tras escuchar al cardenal Kovithavanij, Francisco compartió con los prelados los desafíos que enfrentan en este recóndito lugar del mundo. Entre ellos, la Asamblea General de la Federación de Conferencia de los Obispos de Asia, para el próximo año, que servirá para compartir “un impulso evangélico compartido y renovado”.
“Ustedes viven en medio de un continente multicultural y multirreligioso, dotado de gran belleza y prosperidad, pero probado al mismo tiempo por una pobreza y explotación extendida a varios niveles”, reconoció el Papa, que advirtió del “creciente consumismo y materialismo, especialmente entre los más jóvenes” provocado por los avances tecnológicos.
También, “cargan sobre sus hombros las preocupaciones de sus pueblos, al ver el flagelo de las drogas y el tráfico de personas, la necesidad de atender un gran número de migrantes y refugiados, las malas condiciones de trabajo, la explotación laboral experimentada por muchos, así como la desigualdad económica y social que existe entre los ricos y pobres”.
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