La Iglesia debe crecer por atracción

El papa Francisco, en la homilía de Casa Santa Marta, dijo que para transmitir la fe se necesita amor, como hacen las abuelas y las mamás… no se trata de hacer propaganda
«El amor», el de las mamás, de las abuelas e incluso el de las nanas o el de las cuidadoras. Y «el testimonio», que es muy diferente del «proselitismo» y que suscita una «atracción». Mediante estos dos canales se logra «transmitir la fe», que no quiere decir «dar información», aprender «mecánicamente» algunas nociones o «buscar gente para que apoye este equipo de fútbol», sino significa «fundar un corazón» y transmitir al hombre el tesoro más precioso.
El Papa Francisco en Santa Marta se inspiró en las palabras de San Pablo en la Carta a los Corintios para indicar un desafío común en la Iglesia y en cada uno de los creyentes, el de ser «fecundos» para «transmitir la fe». Para «parir hijos en la fe».
«Transmitir la fe no es dar información, sino fundar un corazón, fundar un corazón, en la fe en Jesucristo. Transmitir la fe no se puede hacer mecánicamente: “Pero, toma este librito, estúdialo y luego te bautizo”. No. Es otro el camino para transmitir la fe: transmitir lo que nosotros hemos recibido. Y también es el desafío de la Iglesia: ser madre fecunda, parir hijos en la fe», subrayó el Papa Francisco durante la homilía de la misa matutina en la Casa Santa Marta, según indicó Vatican News.
En particular, Bergoglio insistió en el pasar la fe a las nuevas generaciones. Un hecho que se da desde hace siglos gracias principalmente a las mujeres de la familia, las abuelas y las mamás (también para él fue así, como ha contado en varias ocasiones), «en un aire que perfuma de amor». No son solo las palabras las que hacen que viaje el propio credo, sino también «las caricias», «la ternura», los gestos, la confianza demostrada por ejemplo al hablar «en dialecto» o en una lengua extranjera. Como las nanas, que en ciertas situaciones se convierten en «segundas madres» para las personas de las que se ocupan. Extranjeras o no, cada vez están más presentes los casos de nanas que transmiten la fe con cuidado, ayudando a crecer, anotó el Papa.
Y citó nuevamente la famosa frase de Benedicto XVI: «la Iglesia crece no por proselitismo, sino por atracción», para explicar que, testimoniar en la vida de todos los días aquello en lo que se cree nos vuelve justos «ante los ojos de Dios», suscitando curiosidad en cuantos nos rodean.
«Y el testimonio –añadió– provoca curiosidad en el corazón del otro y esa curiosidad la toma el Espíritu Santo y el trabajo lo hace por dentro. La Iglesia cree por atracción, crece por atracción. Y la transmisión de la fe se da con el testimonio, hasta el martirio. Cuando se ve esta coherencia de vida con lo que nosotros decimos, siempre viene la curiosidad: ‘Pero, ¿por qué este vive así? ¿Por qué conduce una vida de servicio a los demás?’. Y esa curiosidad es la semilla que toma el Espíritu Santo y la lleva adelante. Y la transmisión de la fe –concluyó Francisco– nos hace justos, nos justifica. La fe nos justifica y en la transmisión nosotros damos la justicia verdadera a los demás».
Imagen: enpareja
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