Comunicación de la fe en el contexto contemporáneo
Conferencias episcopales, congregaciones o institutos de vida consagrada, movimientos y otras realidades eclesiales, se reunieron del 22 al 24 de enero en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz en Roma para reflexionar sobre: "Comunicación y evangelización: contexto, actitudes y experiencias".
Durante tres días, los debates de este seminario profesional se articularon alrededor de varias vías que facilitan la comunicación de la fe: la vía del testimonio, la vía de la razón y de la ciencia, la vía de la caridad y del servicio, la vía de la cultura y del arte, la vía de la sanación y el perdón, la vía digital o la de la piedad popular, entre otras. A la conclusión de esas jornadas, siguió la participación en los actos del Jubileo para el mundo de la Comunicación.
Monseñor Fernando Ocáriz, prelado del Opus Dei y Gran Canciller de la universidad, dio la bienvenida a los participantes y les recordó que “todas las dimensiones de la comunicación de la Iglesia tienen como horizonte la evangelización, que nos habla directamente de esperanza”.
Por su parte, la profesora Gema Bellido, del comité organizador, introdujo el seminario explicando la evolución que la comunicación ha vivido en los últimos años, donde la cultura digital ha generado un contexto en el que se comunica de un modo “más informal, inmediato, multidireccional, dialógico, relacional, centrado en las personas y en los intangibles”; un marco que abre oportunidades y retos en la comunicación del Evangelio.
Consideraciones del encuentro al anuncio
La conferencia inaugural corrió a cargo del arzobispo Rino Fisichella, pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización y encargado por el Papa Francisco de la organización de los actos del Jubileo de 2025. Además de remitir al texto completo de su ponencia sobre evangelización y contemporaneidad, ofrecemos a continuación breves consideraciones, entresacadas de ese texto, para reflexionar sobre la comunicación de la fe en la actualidad:
1. "El estilo de vida es criterio de credibilidad del anuncio" del Evangelio, por eso este anuncio "debe conjugarse con un estilo de vida que permita reconocer a los discípulos del Señor allí donde se encuentren".
2. El objetivo fundamental del kerigma es "anunciar el Evangelio de Jesucristo para que todos alcancen la salvación".
3. La evangelización es "la consecuencia de un encuentro". Por eso, "en primer lugar, tenemos que hablar de nuestro encuentro con el Señor" y "volver con frecuencia a nuestros orígenes; al momento del encuentro, de donde procede todo".
4. La Eucaristía nos recuerda la realidad de nuestro bautismo: "la llamada a compartir la vida misma de Dios; es decir, la evangelización".
5. Estamos llamados a "ser fieles a lo que hemos recibido de nuestro Señor: ser capaces de transmitirlo con un anuncio que llegue a todos, sin distinción, porque el contenido de su mensaje consiste en la verdad sobre la existencia personal".
6. Necesitamos difundir la verdad del anuncio cristiano "no como algo que procede de la experiencia personal, sino que ha sido traído y dado a conocer por revelación del Hijo de Dios; por eso es “nueva” y dada con “autoridad".
7. "La transmisión de la Palabra de Dios ha de realizarse con fidelidad al contenido, pero sin olvidar a quién va dirigida: nuestros contemporáneos".
8. El objetivo de la evangelización consiste en "abrir los corazones y las mentes de nuestros contemporáneos para que descubran la importancia de Dios en sus vidas y crean en Jesucristo".
9. Podemos encontrar siempre "nuevas formas de expresión capaces de comunicar la única verdad de la revelación". Precisamente por su valor salvífico, "estamos obligados a descubrir todos los caminos y a recorrer todas las sendas para llegar al hombre dondequiera que viva, a fin de ser transmisión viva de la palabra del Señor". Uno de estos caminos pasa por encontrar lenguajes que permitan captar la atención y el interés por la fe.
10. "Quienes hoy tienen veinte años son nativos digitales; es decir, son hijos de esta nueva cultura que impone nuevos lenguajes y, en consecuencia, nuevos comportamientos".
11. "La tarea de la evangelización no es para nada teórica, sino todo lo contrario". De hecho, nos obliga a «reflexionar sobre la condición de nuestros contemporáneos, cuya identidad es muy diferente de la de décadas pasadas".
12. "Revestir el anuncio de la fe con las vestiduras de la esperanza". Pues "la esperanza como experiencia universal ha sido puesta en nuestras manos para que comprobemos cómo puede convertirse en el nuevo lenguaje de la fe".
13. "Nuestro interlocutor a menudo no cree, pero ciertamente espera". Esto nos invita a "reavivar la propia esperanza que parece reducirse a brasas sin ser fuego que dé sentido a la vida". Y nos permite "participar comunicándonos con nuestro contemporáneo en un terreno común y compartido".
14. Es necesario promover "una antropología capaz de ajustarse a la nueva visión del hombre, esbozada hoy por el progreso de la ciencia y de la técnica".
15. "El mandato de Jesús de llevar el Evangelio a todas las personas, en todo tiempo y lugar es tan claro que no admite equívoco ni excusa alguna".
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