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LITURGIA Octubre 2 Por la obediencia de la fe se viene realizando el proyecto de Dios

29 de septiembre de 2016
LITURGIA Octubre 2 Por la obediencia de la fe se viene realizando el proyecto de Dios

En la lectura secuencial del evangelio que propone el leccionario, después de la parábola que dirigió a los fariseos, este domingo Jesús retoma la enseñanza a los…

El texto del profeta Habacuc que se proclama como primera lectura de la liturgia de este domingo (Habacuc 1, 2-3; 2, 2-4) en su inicio manifiesta la queja de quien espera la salvación de Dios; la salvación anunciada y esperada tarda en realizarse, entre tanto el fiel se ve rodeado de males. En la segunda parte se deja oír la respuesta de Dios: si la salvación toma su tiempo para cumplirse, «espérala, porque llegará sin falta». En estos versículos la salvación se expresa como proyecto de Dios que se cumple en la historia y a su vez la fe como confianza en el cumplimiento de la promesa de salvación. El texto concluye afirmado que el inocente que confía en Dios alcanzará, por esta confianza, la salvación. 

El episodio del evangelio de este domingo (Lucas 17, 5-10) tiene dos partes, en la primera hay una petición de los Apóstoles al Señor; en la segunda parte mediante una parábola, Jesús desarrolla la respuesta a la petición de los apóstoles. En la primera parte hay que comenzar por resaltar que el evangelista presenta a los ‘apóstoles’ formulando una petición al ‘Señor’. El evangelio de hoy se introduce mediante un diálogo entre los apóstoles y el Señor. ‘Apóstoles es la manera como Lucas denomina a los responsables de la misión. 

Ante los retos que plantea la misión, los apóstoles le piden al Señor «Auméntanos la fe». En su respuesta a esta petición el Señor acude a la imagen de un granito de mostaza, comparación que aparece en otro lugar (Lucas 13, 19) para llamar la atención sobre lo minúsculo de alguna cosa. Con esta imagen de pequeñez el Señor responde a los apóstoles que en el campo de la fe no se trata lograr suplementos o de acrecentar sino más bien de práctica: «Si la fe que tienen fuera tan grande como un granito de mostaza, le ordenarían a este árbol (…) y le obedecería». La respuesta dejar de lado la petición del incremento y propone mejor la secuencia ordenar / obedecer como descripción de la fe. 

En la segunda parte del evangelio de este domingo Jesús desarrolla la anterior descripción de la fe, para ello propone la parábola de un siervo disciplinado. La historia resulta un poco lejana de la sensibilidad del tiempo presente y de los derechos de los obreros, pero en tiempo de Jesús es otra la costumbre. Se trata de un campesino que tiene un sirviente que trabaja en labores del campo –labrar y pastorear– y además atiende los oficios de la casa. La narración propone la historia de un siervo obediente que cabalmente cumple «lo que se le ha mandado» y destaca esto precisamente como lo razonable dentro de la relación amo / sirviente. En este contexto, lo ilógico vendría a ser que se reclame una recompensa. 

Después de este desenlace de la parábola, Jesús retoma la conclusión y la refiere a los apóstoles: «Pues lo mismo ustedes…». En esta aplicación que hace Jesús está el centro del mensaje del texto. El discípulo (para hoy, de cara a la asamblea dominical, mejor que ‘apóstol’) al final ojalá pudiera decir: ‘No he hecho sino cumplir lo que se ha ordenado’. 

Esto que se ha ‘ordenado’ al discípulo de Jesús es el proyecto del Evangelio, de manera que en la plenitud del Reino el discípulo habrá llegado a tener los mismos sentimientos y el mismo pensamiento del Maestro. En esto consiste precisamente la salvación, en llegar el discípulo a configurarse con Cristo. Más que en una recompensa, el evangelio de hoy propone la salvación como el cumplimiento pleno del proyecto de Dios en la historia personal del discípulo. 

En este contexto, la fe viene a ser la respuesta en obediencia a la propuesta de salvación que Dios dirige al ser humano. Queda un tema por abordar, el adjetivo griego ‘achreios’ (inútil) que en algunas versiones se ofrece en la traducción ‘siervos inútiles’. La versión colombiana dice ‘servidores sin mérito alguno’. Se insinúa con ello la controversia de San Pablo con los fariseos fundada en la frase de Habacuc que contiene la primera lectura: «El hombre es justificado por la fe, independientemente de las obras de la Ley» (Romanos 3, 28). La salvación es don gratuito de Dios, don que consiste en la transformación de la persona hasta llegar a ser como Jesucristo.

Imagen: angelusdelpapafrancisco.blogspot.com

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