Pasar al contenido principal
#397dff

LITURGIA Noviembre 12Romper la comunión por no estar preparados para el encuentro

9 de noviembre de 2017
LITURGIA Noviembre 12Romper la comunión por no estar preparados para el encuentro

Este domingo iniciamos la lectura del quinto sermón de Jesús en el evangelio según San Mateo; el evangelista refiere que terminada la confrontación con los dirigentes…

El quinto y último sermón de Jesús en el evangelio de Mateo tiene como tema el juicio y se estructura en tres partes, en la primera Jesús describe la venida del Hijo del hombre al final del tiempo, la segunda parte está conformada por una serie de parábolas que buscan instruir sobre la verdadera sabiduría para esperar al Hijo del hombre y en la tercera se revela que el Hijo del hombre vendrá para juzgar a todas las naciones. El texto del evangelio de la misa de hoy (Mateo 25, 1-13) corresponde a una de las parábolas de la segunda parte.

La historia referida por Jesús sobre las diez vírgenes puede tener diferentes interpretaciones bien como una referencia a la segunda venida de Cristo (la llegada del esposo), bien como exhortación a estar preparados (tener aceite para las lámparas) o también como la participación en el banquete de bodas. Ante esta amplia posibilidad de significaciones proponemos buscar el sentido desde la orientación de la primera lectura de la misa.

El leccionario de la misa ambienta a la asamblea con el texto del libro de la Sabiduría (6, 12-16) para acoger el mensaje central del evangelio. La primera lectura expresa en primer término la iniciativa de la sabiduría: se deja ver con facilidad, se adelanta a manifestarse, sale al encuentro; a esta actividad de la sabiduría corresponde el trabajo del hombre: la ama, la busca y el deseo por ella lo lleva anticiparse al inicio del día. En conclusión, la sabiduría busca a quienes la desean y se dejan encontrar de ellos. Esta imagen de búsqueda y encuentro nos abre una vía para la interpretación de la parábola de las diez vírgenes.

El texto del evangelio se abre con el anuncio o título de una historia sobre diez vírgenes que salen al encuentro del Esposo. Antes de entrar en el desarrollo de la narración es útil tener al menos una idea sobre la práctica de las celebraciones nupciales en tiempos de Jesús, aunque no hay unanimidad entre los comentadores sobre un ritual común se puede entrever que habría una fiesta popular en casa del novio, para iniciar la fiesta, el contrayente se desplaza hasta la casa de sus suegros para buscar a su futura esposa y llevarla a su nueva en su casa, la novia sale acompañada de la casa paterna por un grupo de doncellas que llevan antorchas en sus manos.

De otra parte es conveniente recordar que en la tradición bíblica se acude en varias ocasiones a la imagen de las bodas para presentar la alianza de Dios con Israel, de Dios con la humanidad y, en el Nuevo Testamento, de Jesús con la Iglesia (véase Juan 2, 1-11; Marcos 2, 19-20; Efesios 5 21-32; Apocalipsis 19, 7-8; etc.).

Anunciada la historia, viene el desarrollo de la trama en la que diferenciamos tres partes. Al inicio tenemos la declaración de intención de la acción y la presentación de las protagonistas; la acción que se va a narrar es un encuentro, concepto muy socorrido dentro del lenguaje de salvación: la salvación como encuentro (véase Lucas 15, 5-7.9-10.24.32).

Al presentar las protagonistas se menciona un grupo de diez vírgenes compuesto por dos condiciones de personas; del grupo de vírgenes, cinco de ellas son sensatas, pues junto con las lámparas se proveen de aceite para mantenerlas encendidas; las otra cinco son necias y no cuidan de llevar también aceite para las lámparas. Para dar inicio al desarrollo de la trama, la primera parte concluye afirmando que el esposo se demora más de lo pensado y todas aquellas personas se durmieron.

La segunda parte se desarrolla en medio de la noche, cuando todos duermen se oye una voz. En el momento menos esperado llega el esposo y las protagonistas tienen que ponerse a punto para el encuentro. Es entonces cuando se aprecia la diferencia entre las sensatas y las necias, al no haber previsto aceite para mantener las lámparas encendidas, las necias salen a comprarlo. Aquí, estar preparado es tener aceite para mantener encendida la lámpara y quienes no estaban preparadas en el momento no entran con el esposo a la fiesta de bodas.

Sin embargo, el mensaje central está en el desenlace del drama. Después de haberse cerrado la puerta las que no estaban preparadas llegan tarde a insistir que se le abra y así se permita su participación en la fiesta de bodas. Pero el Hijo del hombre rompe la comunión con las que no estaban preparadas: «En verdad les digo que no las conozco». De modo que el proyecto de salir al encuentro termina con un juicio que produce la separación del Esposo.

No estar preparado está indicando en esta historia no tomarse en serie la vida cristiana, no tomarse en serio la invitación para salir al encuentro del Señor que viene.

Aumentar
Fuente
Disminuir
Fuente

Otras noticias

#2f74c6
#007300

Noticias relacionadas