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Liturgia: Comentario al Evangelio del domingo 

20 de noviembre de 2022
12
Domingo XXXIV del tiempo ordinario (Lucas 23, 35-43)

Hermanos: Jesús reconoce ante Pilato que Él es Rey, la inscripción colocada en la cruz lo hace público y es crucificado por decirse rey. Ustedes querrán preguntar: ¿Qué hace un Dios en una cruz? ¿Qué clase de rey es ese?, ¿De qué reino se trata? El Evangelio nos lo revela: Jesús es rey, reina desde la cruz, porque muere por amor. Su reino es de vida, de justicia y de paz.

Sí hermanos: Jesús reina desde la cruz, porque por amor se hizo hombre en las entrañas de María Virgen, porque amó durante toda su vida y porque murió amando. Jesús murió como había vivido. Desde la cruz pide a su Padre que perdone a los que lo crucifican.

Jesús es el Buen Pastor, es por naturaleza el Señor del Universo, es el Rey de reyes y Señor de los señores, y lo es crucificado. Nos lo dice claramente san Pablo en la 2ª Lectura. Jesús salva a los pecadores, por su sangre recibimos la redención, nos incorpora a su Reino.

Jesús reina desde la Cruz. El suyo no es poder económico, ni político, ni sabiduría puramente humana; no es un poder para oprimir, ni para condenar; es amor, es amor de Dios, es misericordia, es servicio, es compasión, es perdón, es dar vida y entregar la suya. Así hizo Jesús realidad el Reino de Dios.

Es el mensaje de un Dios en una cruz. Un mensaje que nos abre la puerta para entender y vivir el Evangelio, y nos ofrece la guía para hacernos una verdadera imagen de Jesucristo que sufre con nosotros y por nosotros; un mensaje que es la fuente de la belleza y del poder de atracción que tiene una vida cristiana consagrada a amar y servir a nuestros hermanos. Con razón san Pablo invitó a los cristianos de Corinto en su 1ª Carta a descubrir el mensaje de la Cruz, que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios.

Hermanos: Una fe frívola, egoísta, aburguesada, desentendida del sufrimiento humano, no es la respuesta a un Dios que muere en una cruz como testigo fiel de su amor por todos nosotros.

Que el besar la Cruz de Cristo, como aprendimos a hacerlo desde niños, sea un estímulo para trabajar sin descanso por el Reino de Dios y nos mueva a acudir en ayuda a los hermanos que, viviendo en situación de extrema pobreza, hoy sufren la inclemencia del frío y de las lluvias.

Quiere decir, hermanos, que cuando hablamos de fe en Dios y de vida cristiana, y se nos ocurra preguntar: ¿Qué hace Jesús en una cruz? Les doy la respuesta: Amarnos hasta la muerte y mandarnos que nosotros hagamos lo mismo.

Saludo y bendición para todos. Padre Carlos Marín 

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