Los 10 Mandamientos forman parte de las leyes que Dios le dio al antiguo pueblo de Israel. La traducción literal de la expresión hebrea es diez palabras. Aparece 3 veces en el antiguo testamento. Ex. 2 y Deut. 5 y 6, en griego déka lógous: Diez Palabras. Decálogo. Dios las escribió en dos tablas de piedra y se las entregó al profeta Moisés en el Monte Sinaí.
La pregunta que hace un hombre de letras es una exigencia sentida entre los judíos de entonces. Los fariseos habían codificado y jerarquizado 613 mandamientos. Sus ejes centrales eran la observancia del sábado, los diezmos y la pureza ritual. Esto hacía más urgente tener claridad sobre la centralidad de la fe en el Dios de la Alianza y de la promesa hecha al Pueblo de Israel.
La respuesta de Jesús es: El amor a Dios y el amor al prójimo es el centro y el núcleo de todos los mandamientos. Amor a Dios y amor al prójimo son inseparables. El primero y principal prójimo son los pobres, sin amor a ellos no puede hablarse de amor al prójimo según el Evangelio. Por eso es semejante al primero. Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. Dios es nuestro Padre, somos sus hijos y por eso somos hermanos. Mandamientos que son un yugo suave y ligero, promesa cierta de vida.
La respuesta de Jesús no es una simple opinión. Cita el Libro del Deut. 6, proclama que el supremo criterio para discernir quién pertenece al Reino de Dios, es el amor a Dios y al prójimo. Lo único que cuenta es el amor. No la guarda del sábado, ni pagar diezmos, ni el culto, ni la pureza solo ritual.
El antiguo testamento no da un número a cada mandato. Por eso, la pregunta: cuál es el primero, no se refiere al orden cronológico, sino a su prevalencia sobre los otros. El 1º. es como la síntesis de todo el Decálogo.
El primero, el segundo y el cuarto utilizan un lenguaje positivo: Ama a Dios, santifica las fiestas, honra al padre y a la madre. Los demás hacen referencia a lo que no debemos hacer; sin embargo, al decir lo que no debemos hacer, están diciendo lo que sí debemos hacer. No matar, por ejemplo, es respetar la vida porque es sagrada, porque Dios es el autor de la vida.
Pero en nuestra Colombia, en lo corrido del 2024, 380 niños han sido asesinados, uno cada día; lo informa “Medicina Legal”. No conocen la Ley de Dios, del Dios de la vida.
Padre Carlos Marín G.
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