La ira, una noticia cotidiana

Son frecuentes las noticias relacionadas con la ira y el enojo que traen consigo grandes desastres. Es esta una de las debilidades del alma que más afecta a las personas…
Por lo tanto, enfadarse no sólo es normal sino también necesario. Sin embargo, cuando la ira es demasiado frecuente en nuestras vidas o desproporcional, aparecen los problemas. Por eso, además de experimentarla, debemos aprender a controlar la ira y saber cómo expresarla.
El mensaje de Dios para Caín era éste: “¡Cuidado! Tu ira es como un león esperando a tu puerta. Debes controlar tu ira o ella te controlará a ti”.
Es decir, sentir la emoción como tal no es malo ni pecado, puesto que estas mismas nos fueron dadas por Dios, un cristiano espiritual puede sentir momentos de temor, tristeza, enojo, etc. pero de sentirlas a ser controlados por ellas hay una gran diferencia.
La ira es una emoción que aparece cuando nos vemos sometidos a diferentes situaciones que producen frustración o nos resultan desagradables, pues nos sentimos atacados.
“ La blanda respuesta quita la ira; Mas la palabra áspera hace subir el furor”. Proverbios 15 : 1
Para lograr un correcto control y expresión de la ira, podemos seguir unas pautas para que gestionar los enfados de una forma saludable:
- Detecta las primeras señales de ira: esto es fundamental para que comiences a autorregularte, impidiendo que tus pensamientos y sensaciones físicas se incrementen.
- Intenta tranquilizarte para poder pensar. Para ello, a veces es necesario salir de la situación evocadora de la ira siempre que sea posible y esto no suponga otra provocación para la persona con la que discutes.
- Al menos como primer intento, intenta restar importancia a lo que ha sucedido dando opción al “malentendido”.
- Dale las vueltas justas. No estés penando en lo mismo toda la semana.
- Date tiempo, y da tiempo a la otra persona para que se pase el momento de máximo enfado, lo que en psicología denominamos como fase de explosión.
- Resuelva problemas del pasado. Esto es importante en todo el sentido de la palabra. Si se siente capaz de entender qué le hace sentir ira, podrá resolver temas pasados y prevenir que este sentimiento vuelva a acumularse en el futuro.
- Sea constructivo, no destructivo. Cuando se encuentra irritado por algo, controle sus emociones y cuente a la gente que se encuentra a su alrededor por qué está enfadado. Si habla tranquilo y calmado y realiza peticiones antes que exigencias, los otros respetarán sus argumentos y le escucharán.
" Si se enojan, no pequen; que el enojo no les dure todo el día. No le den oportunidad al diablo.". Efesios 4:26-27
Intentemos actuar de manera más cristiana, son los mandamientos de Dios los que contienen una sociedad casi perfecta. Debemos delegar a otras generaciones estos conocimientos introduciéndolos a la vida moderna y actual.
Fuente Disminuir
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