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La Inmaculada Concepción de la Virgen María

8 de diciembre de 2022
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Aunque la Inmaculada Concepción de la Virgen María fue defendida por santos y teólogos durante muchos siglos. Celebrada desde el siglo VI en la Iglesia Católica oriental y en Europa desde el siglo XIV, fueron necesarios innumerables debates teológicos, consultas a los obispos y al mismo pueblo cristiano para llegar a un consenso en el seno de la Iglesia.

Fue el Papa Pío IX, el 8 de diciembre de 1854, quien, después de consultar a los señores obispos de todo el mundo, proclamó la Concepción Inmaculada de la Virgen María como dogma de fe.

Las apariciones de Lourdes tuvieron su comienzo en febrero de 1858 y terminaron el 16 de julio del mismo año. La Señora le dijo a Bernardette de Soubirous, entonces de apenas 14 años: <<Yo soy La Inmaculada Concepción>>.

El siguiente es el texto de la definición como dogma de fe:

Para honra de la Santísima Trinidad, para alegría de la Iglesia Católica, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo; con la de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra, declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la Beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción, por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles.  

Dos textos bíblicos que son fundamentales: Génesis 3,15: Yahvé Dios declara la enemistad eterna entre la serpiente y la mujer, entre su descendencia, Cristo, y la descendencia de la serpiente autora del pecado. Ella, María, aplastará la cabeza de la serpiente, derrotará el pecado, es decir, será exaltada a la plenitud de la gracia, la que el  hombre había perdido por el pecado.

El otro texto es Lucas 1,28: el Ángel Gabriel enviado por Dios, saluda a la Santísima Virgen: <<Alégrate llena de gracia, el Señor está contigo>>.

Hermanos: felicitemos a la Virgen María, una mujer de nuestra raza. Y no nos cansemos de decirle: Oh María concebida sin pecado, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.

Saludo y bendición. P. Carlos Marín G.

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