Joe Kovacs deportista católico que brilla en los Juegos Olímpicos

El estadounidense Joe Kovacs de 27 años es un ejemplo de que la fe y entrega a Dios puede llevar al éxito. Durante toda su infancia y juventud tuvo el apoyo de los Misioneros del Sagrado Corazón de Bethlehem, en Pennsylvania "Me ayudaron con mi fe, pero también a hacer cosas que no eran normales. Uno de los sacerdotes, el padre Joe Gleixner, fue mi padrino de confirmación y me ayudó mucho. Me gustaban mucho las ciencias en el instituto, y él me enseñó a fabricar cosas. Juntos hicimos un túnel de viento. Y uno de los sacerdotes jubilados me ayudó también a hacer un pequeño campo de golf en sus terrenos", explica Joe.

Sus estudios en la Universidad de Pennsylvania se enfocaron en el área científica y técnica donde obtuvo dos títulos, uno en economía energética y el otro en ingeniería del petróleo y gas. Su vida entregada a la fe católica se refleja en sus triunfos, los cuales los dedica a su devoción a la iglesia. "Debo decir que una de las cosas más bonitas de la fe católica, al ser universal, es que siempre que vas a la iglesia en un país diferente el formato de la misa es el mismo", explica: "Puedo no saber lo que están diciendo en su idioma, pero sé lo que están diciendo. En la mayor parte de países sólo conozco las palabras suficientes para pedir la comida en su idioma, pero cuando voy a la iglesia sé lo que está pasando y puedo participar en la misa", afirma el atleta.

Siempre se rodea de personas que comparten la fe, en este caso su entrenador Art Venegas quien es devoto a la iglesia católica, así lo comenta Joe "Estuve el año pasado en el Vaticano, y cuando volví a casa le dí a su madre un rosario bendecido por el Papa, porque ella siempre reza un rosario por mí cuando salgo de viaje. Y el día de la competición reza para que no me lesione. Me siento bien juntándome con gente que conoce la fe católica".

En los Juegos Olímpicos que se están desarrollando en Río de Janeiro, Joe, practicante de lanzamiento de bala, logró obtener la medalla de plata, únicamente lo superó su compatriota Ryan Crouser quien se llevó el oro. Joe es un claro ejemplo de como el amor por Dios puede llevarnos a la cúspide del éxito en todas nuestras actividades diarias.